Vivienda

Los vecinos de la Casa Orsola en el Eixample de Barcelona luchan contra un fondo de inversión

  • Los inquilinos de la finca denuncian que el fondo de inversión que ha adquirido el emblemático edificio modernista no les quiere renovar el contrato del alquiler

  • "Tenemos que dejar nuestro barrio, nuestros vecinos y nuestra vida" explica Elisenda, que vive allí desde hace 32 años

 Protesta del Sindicat de Llogateres y de los vecinos por la compra de la Casa Orsola, en el Eixample, a cargo de un fondo de inversión / Ferran Nadeu

El pasado octubre el fondo de inversiones Lioness Inversiones SL adquirió la Casa Orsola de Barcelona, un emblemático edificio modernista del Eixample. Desde entonces los inquilinos del edificio están en lucha para intentar seguir en sus casa. Desde el cambio de propiedad, los vecinos sufren una amenaza de expulsión de sus viviendas. Nueve familias del edificio ya han recibido dos cartas donde se les indica que el día 31 de diciembre deben abandonar sus casas y entregar las llaves. Los vecinos con rentas antiguas han sido informados de que a partir de marzo de 2022 deberán abandonar los domicilios porque los nuevos dueños van a realizar obras. La comunidad de vecinos y el Sindicat de Llogateres afirman que se trata de un caso de especulación inmobiliaria y que Lioness Inversiones SL quiere finalizar los contratos de alquiler para rehabilitar el edificio y construir espacios y viviendas de lujo.

La emblemática Casa Orsola se encuentra en el chaflán de calle de Calàbria con Consell de Cent (Esquerra de l'Eixample). La zona forma parte del proyecto de eje verde del ayuntamiento. Con este proyecto, Consell de Cent pasará a ser una calle peatonal, atributo que revalorizará los inmuebles de la zona. Los inquilinos de la Casa Orsola llevan ya tres meses en protesta y se niegan a abandonar sus viviendas. Van a continuar pagando las mensualidades y luchan por conseguir la renovación del contrato. Muchos de los vecinos llevan más de 30 años viviendo allí y ahora se ven en una situación límite, viendo cómo se acerca el final de contrato y la solución no llega. 

Ahora viven con la incertidumbre de si van a tener que dejar atrás su casa, su barrio y, en definitiva, su vida. Elisenda y Tono son dos de los vecinos afectados. Ella lleva 32 años viviendo en este emblemático edificio barcelonés y él, nueve afincado en su piso. Elisenda denuncia lo que están haciendo con los vecinos. “De un día para otro nos llegó un burofax que decía que debíamos marchar en cuatro meses. No es dejar un piso, es dejar toda nuestra vida, nuestros vecinos, nuestro barrio. Romper todos estos vínculos que nos hacen ser personas. A Lioness Inversiones les da igual, ellos solo tienen una única intención: la especulación inmobiliaria”, ha comentado esta mañana en un acto de protesta arropada por el Sindicat de Llogateres.

"La lotería de la especulación"

Tono deberá dejar su casa el 31 de diciembre. “Hace unos meses un fondo buitre compró la finca y nos envió un burofax a todos los vecinos para avisarnos de que el día que se nos acabase el contrato tendríamos que devolver las llaves y dejar nuestras casas. Nos ha tocado la lotería de la especulación, en la que los fondos buitre juegan con el futuro de los vecinos y vecinas. Nos están obligando a romper los vínculos comunitarios que hemos creado durante nuestra vida”, denunciaba esta mañana. Además de los vecinos, los locales comerciales también ven cómo está peligrando su fuente de ingresos. Después de la dificultad que han tenido para sacar sus negocios adelante en estos casi dos años de pandemia, ahora ven como pueden perder su negocio. 

El Sindicat de Llogateres denuncia la situación de incertidumbre en la que se encuentra la Casa Orsola. Son 26 viviendas de las cuales cuatro ya están vacías, nueve deben estarlo el 31 de diciembre, siete viviendas son de rentas antiguas y seis que deberán estar vacías en 2022. “Desde el Sindicat de Llogateres defendemos los hogares y el derecho a la vivienda de toda la sociedad. Es una vergüenza que en una crisis social como la que estamos viviendo en estos momentos, los fondos buitre puedan llegar a nuestros barrios y echarnos de nuestras casas para sacar rédito económico. La sociedad necesita que vivir de alquiler sea una opción garantista, que permita a los inquilinos una vida estable y para esto no solo es necesaria una intervención en los precios de los alquileres, que sí que está funcionando, sino que hace falta una nueva ley de alquiler que dé garantías a propietarios e inquilinos”, ha sentenciado Úrsula, portavoz del sindicato.