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¡Eh!, Barcelona, que Fernán Caballero era una mujer

Dos publicistas lanzan una campaña para feminizar el nomenclátor homenajeando a las escritoras que tuvieron que ocultarse tras seudónimos masculinos

La placa de la calle Fernán Caballero, tacaña en explicaciones. / ZOWY VOETEN

La idea, que conste esto en acta, la tuvieron María Román y Adrián Sarto mucho antes del zipizape que se organizó tras la última ceremonia del Premio Planeta, cuando se supo que la escritora Carmen Mola era en realidad tres plumas literarias que cada mañana se afeitaban la barba y que ahí, frente al espejo, no reparaban en que la broma de hacerse pasar por una mujer se les había ido de las manos. Si fuera un arroz, podría decirse que se les había requemado el ‘zeitgeist’. Román y Sarto, aclarado esto, son dos publicistas matriculados en la escuela barcelonesa de creatividad Brother sometidos estos días al reto académico de lanzar una campaña de carácter social que llegue a buen puerto. Si ustedes leen esto, a lo mejor les ayudan a subir la nota. La publicidad, como bien explican ellos mismos, tanto sirve para convencer al consumidor de que la libertad es sacar la manita por la ventana de un coche deportivo y mecerla al viento (un caso real, como mucho recordarán), como, también, para sumar fuerzas a favor de una causa justa. Eligieron el feminismo y tuvieron, menudos son los publicistas para esto, una muy creativa idea.