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Arai 3, decadencia y caída de Barcelona

Una intimista exposición del Pati Llimona se revela como un estupendo compendio del último siglo y medio de historia de esta ciudad

Uno de los pisos de Arai, 3, ajado por la edad, pero que conserva aún parte de la gran belleza que le distinguió de joven. / Hugo Keizer (Hugo Keizer)

Está abierta al público hasta el próximo 16 de octubre en el Pati Llimona una preciosa exposición que parecerá diminuta y que, a la que se tira del hilo, resulta ser un compendio del último siglo y medio de historia de Barcelona. Ahí es nada. ‘Arai 3’. Ese es su título. Es una dirección postal del Gòtic sur a la que este diario ya ha dedicado un par de crónicas desde que un fotógrafo y un músico, Hugo Keizer e Igor Binsbergen, respectivamente, decidieron documentar con imágenes y sonido de ambiente cómo son las entrañas de esa finca en la que vivió la crema de la sociedad barcelonesa hasta principios de los años 20 del siglo XX y que, desde entonces, ha sido escenario de una decadencia y caída que ya le hubiera gustado documentar a Edward Gibbon. La guinda es que el futuro de esta finca, que a punto estuvo de ser vendida al mejor postor por la Generalitat en junio de 2015 y en el que los contratos de alquiler se renueva mes a mes, es de una insondable incertidumbre. Como el futuro de Barcelona, vamos.