No lleva su característica gorra, sino un sombrero panamá con la palabra Barcelona y una pequeña silueta de la Sagrada Família en la cinta. La escena que Ángel ha protagonizado este jueves frente al que gracias a la presión vecinal sigue siendo su hogar tiene mucho de postal cotidiana de Barcelona. De la otra y la 'gran' Barcelona. Antes de las 11 de la mañana, algunas decenas de personas se concentraban frente al número 11 de la calle de Martorell, en L’Hospitalet, para arropar a este hombre menudo de 65 años y gafas oscuras en su tercer desahucio. El segundo en esta vivienda.
Derecho a la vivienda
El desahucio (otra vez) parado de Ángel; la resiliencia de L'Hospitalet
La solidaridad vecinal vuelve a frenar el desahucio de un hombre de 65 años sin recursos ni alternativa habitacional al que no amparaba la moratoria del gobierno
Ángel celebra el aplazamiento de su desahucio con vecinas y miembros de la PAH /
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