Parecía el rodaje de una serie: un hombre en bermudas corriendo a toda velocidad, abriéndose paso entre los transeúntes por la acera del paseo de Gràcia, mientras casi a la altura de Mallorca otros dos forcejeaban. Pero ni el primero huía ni lo otro era una pelea. Se trataba de una escena que ya es habitual este verano de reactivación económica: una detención fulminante, protagonizada por dos agentes de paisano de los Mossos d'Esquadra, tras un robo al descuido perpetrado en una tienda de lujo del paseo esta tarde de lunes. La buena noticia es que el despliegue policial está frustrando este verano muchos actos similares, aunque la mala es que los mismos sospechosos vuelven a la calle a reincidir a las pocas horas de salir de comisaria y tardan mucho en ser juzgados, se lamenta una vez más Luis Sans, presidente de los comerciantes del eje, y testigo diario de esta situación.