Negocios en crisis

La restauración de Barcelona se rebela: "Estas ayudas no ayudan"

  • Cientos de bares y restaurantes con el agua al cuello no podrán acceder al fondo estatal de ayudas directas por requisitos que consideran "injustos" 

  • Los que hicieron obras que les provocaron pérdidas en 2019, o que han asumido deudas con sus propios ahorros estos meses, se sienten discriminados

Una imagen de El Paraigua, en el corazón de Ciutat Vella, de esta semana. / Ricard Cugat

El caso de El Paraigua, en el corazón de Ciutat Vella y pegado al ayuntamiento, es de película de miedo. En 2019 las obras de renovación de la plaza de Sant Miquel afectaron durante medio año a su actividad, y hasta la irrupción de la pandemia. Hasta el punto de generarles pérdidas en el balance anual de aquel año "por primera vez en 50 años de historia del negocio". Esa circunstancia, totalmente ajena a la gestión del bar y coctelería, le ha dejado fuera de juego a la hora de aspirar a las ansiadas ayudas directas del Estado, pese a tener que haber recurrido a un crédito ICO que tendrán que devolver durante años. Es uno de los cientos de casos que en los primeros días de tramitación de solicitudes se ha topado contra el muro de unos requisitos que ven "injustos". La restauración barcelonesa pone el grito en el cielo, igual que lo harán desde muchas de las 191 actividades empresariales, de pymes y autónomos que pueden acogerse a "unas ayudas que no ayudan", como dicen muchos afectados en alusión al fondo disponible, que en el caso de Catalunya asciende a 993 millones de euros.