Quince meses después del inicio de la crisis del coronavirus, un paseo por el centro de Barcelona deja claro hasta qué punto la ciudad late a dos velocidades. Una parte de ese meollo (en el Eixample) así como la gran mayoría de los barrios no turísticos han recuperado sus pulsaciones, mientras que la 'zona cero' --el Gòtic y el Born-- tiene aún en mínimos sus constantes vitales. La progresiva recuperación del turismo no ha animado aún a a volver a la actividad a muchos operadores que cerraron temporal o definitivamente. Como resultado, distintas calles icónicas ofrecen el mismo paisaje de derrota que hace un año. Solamente en la de Ferran, que une la Rambla con la plaza de Sant Jaume, siguen clausurados 35 negocios.
Efectos de la pandemia
El centro de Barcelona sigue sin lograr la reactivación comercial
El paulatino regreso del turismo no evita que cientos de persianas sigan bajadas en la 'zona cero' de la crisis comercial, en Ciutat Vella
El Born alerta de que la recuperación se está complicando por la mala imagen que proyecta el barrio a causa de robos y 'botellón'
Comercios cerrados a uno y otro lado de la calle de Boters, junto a Portaferrissa. /
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