La vacuna del apoyo mutuo que salvó a los barrios del abismo

Helena López | 11 marzo 2021

El confinamiento desplomó las economías de miles de familias, pero prendió también la mecha de la solidaridad en rellanos, escaleras y barrios, conformando redes de ayuda que un año después, no solo perduran, sino se han demostrado imprescindible. Aquí, el ejemplo del Poblenou.

Sujeta un papel con un listado escrito a mano en bolígrafo rojo de nombres, direcciones y teléfonos, mientras llena la furgoneta con tantas cajas como nombres aparecen anotados en él. “Ahora vuelvo”, se despide. Sube en la furgoneta blanca, parada frente a una acera llena de lotes de alimentos perfectamente colocados en el suelo e identificados -una persona, dos personas, tres personas, con cocina, sin cocina…- y desaparece de la escena para empezar el reparto. Macumba, vecino del Poblenou desde hace 10 años, es el miembro de la Xarxa d’Aliments i Suport Mutu encargado de llevar las cajas de comida a domicilio a las personas enfermas, confinadas o las mayores, con movilidad reducida.

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Un año de pandemia Coronavirus Solidaridad