ÉRASE UNA VEZ EN EL BARRIO... (56)

Las arbequinas del Guinardó

  • Nueve olivos centenarios del pasado rural de esta zona de ‘masos’ regresan a casa tras una bonita lucha vecinal

  • Fueron trasladados al Baix Penedès en el año 1953 para dejar paso a la construcción de los bloques

  • La semana pasada volvieron al barrio para no desaparecer con la mecanización de los campos que las acogieron

Los olivos centenarios recuperados por el Guinardó, esta semana. / Ferran Nadeu

Cuentan que el viaje de ida se hizo en el único camión que había entonces en Banyeres del Penedés, destino de aquel singular exilio. Corría el año 1953 y la escena marcó a Magí Badia, entonces un crío de 7 años. Las máquinas arrancaron uno a uno los nueve olivos centenarios de los terrenos de su abuelo Pau junto al paseo de Maragall y un camión se los llevó hasta el pueblito del Baix Penedès en el que su familia tenía el ‘tros’ para que vivieran allí, junto a las viñas. Los árboles no podían seguir en aquellos terrenos del Guinardó porque los bloques iban ganándole todo el sitio a lo que en otro tiempo fueron campos (estaban en la actual gasolinera en la rambla Volart) y su propietario decidió salvarlos llevándoselos al pueblo, donde han pasado casi 60 años, produciendo 400 kilos de aceitunas anuales.