Los efectos de la pandemia

Gràcia llora a otro restaurante víctima de las restricciones

  • El Momos baja la persiana después de una década de éxito por su comida asiática, rica y asequible

  • Restauradores del barrio cortarán este miércoles los accesos a la zona en protesta por la gestión de la crisis sanitaria

Jordi Brau, con su equipo y clientes en el último día de Momos, el pasado sábado. / RICARD CUGAT

De sus gyozas, sus uramaki rolls, su berenjena al wok con langostinos o su sabroso pad thai ya solo quedan las fotos y los recuerdos que los adeptos puedan haber grabado en el paladar. El Kuai Momos ya nunca volverá a servir sus tapas con palillos en la calle de Martínez de la Rosa, en el corazón de Gràcia. Adiós a un viaje al sudeste asiático a golpe de sabores, que aunque solo ha durado 10 años ha dejado huella en los barceloneses. Son muchos los establecimientos cerrados temporal o definitivamente en la ciudad, pero este en cuestión suma elementos ahora meritorios, como no haber optado por la suspensión de pagos, haber recolocado al personal en otras cocinas o salas, haberse despedido (el pasado sábado) de la clientela como se merecía... e incluso con la persiana ya cerrada, mantener el activismo que caracteriza a Jordi Brau, y que este miércoles le llevará a sumarse a una gran movilización de la hostelería de Gràcia contra la gestión de las restricciones sanitarias.