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La cazafantasmas del Gòtic

Ximena Borrazas (Montevideo, 1992) retrata esa ONU de sin techo que habita en el centro histórico de Barcelona y deja así una impagable herencia fotográfica y documental para esta ciudad

Mateo, surafricano, Hannah, eslovena, y Javi, vallisoletano, tres ’fantasmas’ del Gòtic. / XIMENA BORRAZAS

Cuando Ximena Borrazas (Montevideo, 1992) decidió que lo suyo iba a ser la fotografía, imaginó algún día su firma en las páginas de ‘National Geographic' como autora de magníficos retratos de evocadores paisajes del mundo. Eso fue antes de recalar en Barcelona. Ha terminado por hacer algo mucho mejor o, como mínimo, mucho más útil e imprescindible para una ciudad tan desnortada y de memoria de pez como esta, a la que llegó en mayo del 2019. En un proyecto fotográfico que no ha pasado inadvertido, Borrazas ha retratado exquisitamente a los invisibles del Gòtic, ese barrio sometido esta última década a tensiones gentrificadoras y turísticas dignas de ser estudiadas en las facultades de físicas antes que en las de geografía y economía. Mucho se ha escrito sobre las fuerzas centrífugas que han expulsado a los vecinos y, también, sobre esa fuerza gravitatoria contraria, la centrípeta, que ha convertido el centro de la ciudad en una suerte de agujero negro turístico. Ella, cámara en mano, se fijó en quienes nadie repara, en los sin techo o, como le dijo Mari Carmen, una de ellos, en "los fantasmas del Gòtic".