CIERRE TEMPORAL

Indignación (e indigestión) en los miles de bares y restaurantes condenados a bajar la persiana

Pequeños y grandes empresarios atacan al Govern por dejarlos a un paso de la ruina y, sobre todo, por "criminalizar" su actividad

Una de las barras más populares de Barcelona, el Bar Pinocho de la Boqueria, este miércoles. / ELISENDA PONS

Era justo la hora de comer cuando se confirmó lo que muchos sospechaban pero se negaban a creer: la restauración se llevaba el mayor palo entre las medidas dictadas por el Govern de Catalunya con la pretensión de frenar la pandemia. Cierre total durante 15 días, que traducido al paladar supondrá liquidar todos los desayunos, comidas, meriendas y cenas que a diario transcurren en los bares, cafeterías o restaurantes catalanes. Pero llevado a lo económico envía directos al erte a los miles de trabajadores rescatados en el desconfinamiento y al borde de la quiebra a pequeños y grandes empresarios y/o emprendedores que suman meses de agonía entre la calculadora, la cinta métrica y los hidrogeles. Clientes atragantados a la hora del menú. Trabajadores, propietarios y proveedores indigestados al menos por dos semanas...