La apertura de fronteras y conexiones aéreas, sumadas a la reactivación de una quinta parte de la planta hotelera de Barcelona llevaron a muchos a creer que el centro comercial de la ciudad iría resucitando al avanzar el verano. Pero lejos de mejorar, la situación de este tejido económico empeora por momentos en la medida en que aumentan los rebrotes locales y las nuevas restricciones. Se cuentan por cientos las persianas bajadas en las calles del barrio Gòtic, sin previsión de reapertura de momento y con creciente presencia de carteles que anuncian alquileres o traspasos disponibles, sin demanda. Solamente la calle de Ferran y Jaume I, que cruzan desde la Rambla hasta la Via Laietana suman unos 40 cierres, temporales o definitivos.
efectos de la pandemia
Cientos de negocios mantendrán la persiana bajada en el Gòtic de Barcelona
Los carteles de traspaso crecen ante los altos alquileres sin renegociar y las nuevas restricciones
La calle de Ferran y Jaume I suman 40 locales cerrados temporal o permanentemente, por falta de turistas
Establecimiento cerrado en el casco antiguo de Barcelona, el viernes pasado a las diez de la mañana. /
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