Catas de vinos en la red

Dijo Descartes que la costumbre es una segunda naturaleza. Acertó si pensamos que en pocos días de encierro hemos recuperado muchos hábitos que parecían olvidados para siempre. La soledad y los desplazamientos en corto han vuelto a dar vida a normas que habían quedado arrinconadas. Por ejemplo, la compra por catálogo ha sido una tendencia que tuvo su máximo esplendor en la década de los 60. En Francia la llegada del libro que contenía todas las novedades de La Redoute era un acontecimiento social, en los pueblos y ciudades de provincia que no tenían a mano los almacenes de París. De aquí a cambiar el papel por internet va un paso. Entrar en la web para aprender de vinos y disfrutar en casa es una realidad que ha venido para quedarse. Lo que no sabemos es en qué proporción lo hará. Las grandes tiendas de venta de vino online, Vinissimus o Decántalo, han doblado sus ingresos en estos tres meses. Sobre los de menor dimensión no se sabe exactamente el tanto por ciento. Debe ser superior entendiendo que es más fácil triplicar un pequeño volumen que uno que ronda entre los cuatro y seis millones de euros anuales. La aproximación a la copa mediante las redes sociales ha tenido su punto fuerte en las clases de cata a las que se han sumado una buena parte de bodegas, 'bloggers' y periodistas independientes. Ejemplos: Martín Códax ha ganado cuota de mercado, y Kirios, una firma de Ribera de Duero, ha establecido un curso online exitoso de agricultura ecológica, con documentos escritos y videos que nos permite entender que es la ecología en la viña. Si creíamos que sobre este mundo lo sabemos todo, hay que confirmarlo viendo los vídeos de Eva Plazas, la enóloga de Vilarnau. Así, uno tan sencillo como enseñarnos a descorchar un cava. Simplicidad que encierra sorpresas: ¿saben el número de vueltas que hay que dar al asa de alambre que sujeta el corcho? Exactamente seis. O la mala práctica de sacar el bozal, alias el 'morrió', abandonando la botella para ir a buscar un trapo, rezando para que, entre tanto, el tapón no salte despedido. Es el mal sistema que no volveremos a repetir, si vemos como dejando el 'morrió' sobre el corcho ganamos unos puntos de apoyo perfectos para impedir que nos resbale la mano. Del ruido que hará la botella al abrirse suavemente, Eva también plantea su teoría: "Es un estallido de alegría compartida, el suspiro de un hombre y una mujer enamorados". Vilarnau ofrece desde hace años un Club de Coupage Privé en el que los socios pueden comprar cava con etiquetaje especial. Algo ochentero, de acceso telefónico. A partir del club telefónico ha sido fácil pasar a la venta online, respetando siempre el criterio de no hacer la competencia a las tiendas especializadas. En Catalunya hay muchas, pero en el resto de España el cava es la excepción, por lo que resulta imprescindible una vía personal de enlace con el aficionado. Un enfoque diferente La familia Torelló enfoca el tema desde una perspectiva diferente, el apoyo a los establecimientos de referencia a las que suman acciones concretas en internet, coincidiendo con presentaciones y catas de las que cuelga en la red videos e imágenes puntuales. Como Torelló está en Gelida, se encuentra dentro del área sanitaria que pueden visitar los sufridos confinados barceloneses para catar vino in situ. Un buen sistema. El presidente de la patronal Institut del Cava, Damià Deàs, une inteligencia creativa, rigor científico y sabiduría enológica. Capaz de montar una agradable 'arrière-boutique' en la trastienda de Adolfo Domínguez, refugio hedonista de feliz recuerdo, ahora hace realidad lo impensable en nuestros tiempos, un acuerdo, entre las patronales del sector. Hay más, por fin se zonifica el cava, porque no es lo mismo uno de Almendralejo que otro de Espiells. Paralelamente ha conseguido lo imposible, una diferenciación de pagos. "En estas dos patas nos tenemos que apoyar potenciando el sector a partir de la segmentación de calidad de una pirámide que tiene su punto culminante en los vinos de Paratje". Último esfuerzo, el Institut está proveyendo de enlaces de 'botiga' a todo el conjunto, cubriendo el déficit para que nadie quede rezagado en los nuevos tiempos. Algo indispensable si se repasan datos de los que han vendido los minoristas en los días del cólera. Recién llegada a la venta online, Merche Dalmau, farmacéutica propietaria de la Bodega Clos Galena ha logrado un record mundial. Fue la primera mujer en cien años en colocar un Priorat, en la cena de entrega de los Nobel en el 2017. Desde entonces el éxito de su Formiga de Vellut ha sido fulgurante, exportándose en treinta países. A pesar de su triunfo, en Catalunya era poco conocido. Por eso, comenta, "me propuse que pudiera llegar a todos aquellos que quisieran probarlo, porque era un vino 'català' que resultaba difícil de encontrar. Recientemente monté la venta online y ahora cualquier familia puede tener los Clos Galena en su domicilio en unas 24 horas". Además, adquirirlo por este sistema tiene la ventaja de no tener que acarrear la bolsa de la compra. Poder llevar las manos en los bolsillos va a ser el único lujo que nos regale el virus.

Catas de vinos en la red

La venta de caldos online se ha duplicado durante las semanas de encierro por el coronavirus

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