CONFLICTO LABORAL EN TMB

El bus se une al taxi y amenaza con huelgas durante el Mobile

Comité y empresa siguen atascados en la negociación del convenio colectivo

Los trabajdores plantearán paros totales durante los días de la feria del móvil

Parada de bus de plaza de Catalunya, durante la huelga convocada en junio dle 2016. / DANNY CAMINAL

El bus, el metro o el taxi. O todos a la vez. Cada año la misma historia: se acerca el Mobile World Congress y los trabajadores del transporte público usan la feria de los teléfonos para presionar a la Administración: o se les escucha y se les hace caso, o van a la huelga. El taxi ya tiene el hacha sobre la mesa en su lucha contra las VTC. Los siguientes serán los empleados de la empresa de autobuses de TMB. O parte de ellos, los sindicatos UGT, SIT y CCOO, con mayoría en el comité de empresa, que el lunes solicitarán los días de paros al Departament de Treball para tensionar la negociación del convenio colectivo. La idea es convocar huelga parcial durante las semanas previas al MWC y convertirla en total durante los días del congreso que cada año trae a Barcelona a los gurús del móvil. 

El convenio del bus venció el pasado diciembre y las partes ya se pusieron a negociar un par de meses antes, conscientes de que este diálogo siempre ha sido largo, complicado y conflictivo. Suele pasar, de hecho, que termina aprobándose cuando ya falta poco para empezar a hablar del siguiente, lo que convierte la situación en una suerte de día de la Marmota propio de la película Atrapado en el tiempo. La situación será sin duda la primera gran prueba de fuego para la nueva concejala de Movilidad y a la par presidenta tanto de TMB como del Instituto Metropolitano del Taxi, Rosa Alarcón. El suyo es, sin lugar a dudas, uno de los puestos políticos más complicados del astro municipal, solo comparable con los líos del área de Seguridad. 

Lógicamente, por el momento, esto no es más que una pieza más del juego. La plantilla aprieta, la compañía, presionada por los políticos y la cercanía del Mobile, se arremanga la camisa y las reuniones maratonianas se suceden unas detrás de otra. Hasta que, por fin, y en algunos casos, in extremis, se alcanza un acuerdo. Aunque no siempre ha sido así: el año pasado no hubo acuerdo y el MWC se celebró con paros parciales en el metro.