urbanismo

La Rambla exige no retrasar más su reforma

Su consejo asesor pide a los alcaldables ir más allá de los intereses privados

Ambiente en las terrazas de la Rambla. / JORDI COTRINA

El tortuoso proceso de reforma de la Rambla ha vuelto a romper el calendario previsto, llevando al límite la paciencia de los comerciantes y vecinos que aguardan las mejoras. Tal es el hastío, que el consejo asesor de la Rambla ha exigido hoy jueves públicamente a todos los alcaldables que se comprometan para desarrollar el proyecto en marcha, sea cual sea el resultado de las elecciones municipales. No solo con su apoyo, sino con la necesaria "aportación presupuestaria".

El consejo, que tiene carácter consultivo y colabora con Amics de la Rambla desde que este se creo en el 2012, aglutina a representantes del comercio de toda la ciudad, representantes de diversos organismos (desde el Port a Turismo de Barcelona), arquitectos, diseñadores y otros. En un comunicado, han recordado que desde hace siete años, cuando se apostó por impulsar la reforma normativa y urbanística para su reforma, se ha recorrido muy poco camino. 

Parecía que este mandato iba a ser el definitivo, pero finalmente el calendario electoral y el miedo a no contar con el suficiente apoyo de la oposición descabalgó del pleno la votación. Se pospone de este modo la aprobación para actuar en el primer tramo, que va de Colón hasta el primer kiosco de prensa y con ella reaparece el miedo a que el asunto vuelva a hivernar y la zona se degrade más.

Fermín Villar, presidente de Amics de la Rambla, asegura que el eje más transitado de Barcelona no puede esperar más. "Tenemos miedo a que quien gobierne pretenda nuevas modificaciones y esto se eternice", relata. Por ello, el consejo reclama el "compromiso" de los candidatos con "el futuro de la Rambla".

Más apoyos previos

"Pedimos que sea cual sea el resultado electoral trabajen juntos, más allá de los intereses particulares, para llevar adelante la reforma y que lo hagan con un calendario claro que responda a las urgencias que hace años tiene el paseo", exponen. Del mismo modo, el consejo asesor y Amics de la Rambla se comprometen a trabajar en pos del consenso y facilitar en todo lo posible que la reforma se materialice.

Los integrantes del órgano consultivo recuerdan que "la Rambla es de todos y únicamente con el compromiso de todos podremos conseguir la Rambla que todos queremos". El drama para la zona es que "siete años después" -del inicio del trabajo en pos del proyecto-  el eje "sigue teniendo los mismos problemas que tenía".

Fermín cuenta a este diario que ya han mantenido reuniones personales con los alcaldables y que todos muestran su apoyo, pero siempre condicionado al consenso.

A los males de saturación y tematización que ha vivido este paseo en los últimos lustros hay que sumar estos días un problema añadido, que obedece al intento de erradicar el 'top manta' en la zona de Colón.

Venta ambulante

Los vendedores de esa zona se han desplazado a la Rambla, donde tratan de desplegar su mercancía, jugando al gato y al ratón con la policía. Este nuevo foco de venta trata de asentarse, mientras sigue enquistado el gran zoco ambulante en el paseo de Joan de Borbó. Y con la llegada del buen tiempo se ha adueñado también de las aceras del paseo Marítim, hasta llegar al Hotel Arts, por cuyas aceras los peatones apenas pueden pasar entre la mercancía y patinetes sin control.