delincuente habitual

Así robaba el autor de la ola de alunizajes en Barcelona

El juez encarcela a J. R. M. S., de 37 años, tras ser arrestado por los Mossos por una veintena de robos en Vall d'Hebron y Nou Barris

El mismo delincuente y toxicómano quedó libre las otras 24 veces que habia sido detenido antes

Vídeo que muestra cómo el ladrón accedía a los establecimientos rompiendo el cristal a base de empujones o empotrando algún vehículo. / MOSSOS D'ESQUADRA

Empujando con su propio cuerpo, golpeando con algún objeto, empotrando una moto o una furgoneta contra el cristal... El autor de la ola de alunizajes que arrasó nueve comercios en un mes en una pequeña calle de Barcelona, la del Arquitecte Moragas, no tuvo ni miedo ni reparos en embestir con todo para entrar en esos y otros establecimientos. En total, los Mossos d'Esquadra le atribuyen 16 robos por fuerza en establecimientos, hurto de vehículos (motos y una furgoneta) y otro robo violento en el barrio de Vall d'Hebron (Horta-Guinardó) y en el distrito de Nou Barris.

Tras haber quedado en libertad las otras 24 veces en que fue detenido antes, finalmente esta tarde del viernes el juez ha decidido ingresar en prisión al delincuente y toxicómano J. R. M. S., vecino de Barcelona de 37 años. Las 24 detenciones anteriores fueron  por un un intento de homicidio al pretender apuñalar a otra persona en Nou Barris, por un atentado a la autoridad al querer atropellar a dos policías y una lista larguísima de robos en tiendas, así como de sustracciones de coches y motos, una de ellas a punta de navaja. 

La última ola  de robos de este ladrón se produjo en el mes de diciembre, cuando los Mossos detectaron "diferentes tentativas de robo muy rudimentarias y poco sofisticadas" en Nou Barris y Horta Guinardó.

Finalmente, el hombre fue detenido por la unidad de investigación de la comisaría de Nou Barris de los Mossos d'Esquadra el pasado 16 de enero tras cometer nueve robos con fuerza, con rotura de escaparates incluidas, en la pequeña calle de Arquitecto Moragas, en el barrio del Vall d'Hebron. La reincidencia de nueve golpes en tres semanas en esa misma calle tiene una explicación. La pareja del delincuente y toxicómano vive muy cerca.