Junta de Seguridad

Colau pide más Mossos y Buch le responde que "por ahora no"

Ayuntamiento de Barcelona y el Departament d'Interior se coordinan de nuevo tras ocho meses de 155

La alcaldesa anuncia que no habrá impunidad para los narcopisos, carteristas y zonas de venta ilegal ambulante

 La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el ’conseller’ de Interior, Miquel Buch, el junio del 2018, en el ayuntamiento.  / Quique Garcia

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pedido más agentes de los Mossos d’Esquadra para proteger a la ciudad de los carteristas, de la venta ilegal ambulante y, sobre todo, de la plaga de narcopisos que sufre el barrio del Raval. La demanda se la ha hecho llegar al flamante 'conseller' de Interior, Miquel Buch, en la primera Junta de Seguretat que se ha celebrado tras ocho meses de aplicación del artículo 155 que ha suspendido la Generalitat. Buch le ha reconocido, recordando su pasado de alcalde -lo fue de Premià de Mar- que "hace bien pidiendo más policías". Sin embargo, le ha respondido que, "por ahora", no está previsto aumentar el número de efectivos para la ciudad.

Fuentes policiales de los Mossos matizan que, a pesar de que no se incrementarán los agentes solicitados por Colau, sí se mantendrá la bolsa de horas extras que permite alargar el horario de patrullas uniformadas (Seguridad Ciudadana) y de antidisturbios (Brigada Móbil y ARRO). Esta ha sido una medida a la que se ha recurrido durante los últimos veranos para sortear la falta de efectivos ligada a la ausencia de nuevas convocatorias.

Por su parte, la Guardia Urbana recibirá a 100 nuevos agentes licenciados en el Institut de Seguretat Pública de Catalunya (ISPC) y mantendrá la partida de 12 millones de euros destinada también a costear horas extras. Ambas estrategias compensarán las bajas por vacaciones que lastran a este cuerpo de seguridad durante los meses de calor. 

Por la capital catalana circulan anualmente más de 30 millones de turistas, entre personas que pernoctan en la ciudad y las que únicamente pasan aquí el día, según datos el Consorcio de Turismo. En verano el repunte de población flotante es más acusado y eso dispara la necesidad de efectivos policiales, especialmente en las playas, las zonas de ocio y los vecindarios más concurridos, como el distrito de Ciutat Vella. Los refuerzos de Mossos y Urbana durante estas fechas serán destinados a esta zona. 

Primera Junta de Seguretat 

La alcaldesa Colau, tras reunirse con el 'conseller' Buch y escenificar el final de la interrupción del 155 que les ha dejado sin interlocutor en la Generalitat durante más de medio año, ha anunciado un "plan de choque" en el que "no habrá impunidad" para los carteristas, los narcopisos y la venta ambulante ilegal. Por encima de estos tres, tal como ha recordado Buch, sigue planeando la necesidad de "evitar un ataque terrorista", después de que el pasado verano las Ramblas fueran objeto de un atentado yihadista. "La alerta antiterrorista no ha cambiado", ha subrayado, y esto significa que sigue existiendo un riesgo elevado de que la capital catalana sea nuevamente elegida por los terroristas. 

Narcopisos

El complejo fenómeno de narcopisos en el barrio del Raval y, en menor medida, también en el Gòtic, es el principal problema que deben afrontar coordinadamente los Mossos y la Urbana. Para ello se ha trasladado a la jueza decana de la ciudad, Mercedes Caso, la necesidad de aligerar las horas de investigación policial que son necesarias antes de lograr una orden judicial que permita a los agentes entrar dentro de un piso de la droga en el que resulta evidente que se está traficando. Cuando esto se consigue, además, ha recordado Colau, las cantidades de droga que se detectan en su interior acaban suponiendo penas tan bajas para los detenidos que no resultan disuasorias ni implican su ingreso en prisión preventiva. 

En el fondo, insisten siempre fuentes municipales, para atajar la plaga de narcopisos no basta con la presión policial. Es necesario actuar sobre los pisos vacíos en los que anidan los traficantes y de los que resulta tan complicado echarlos. O, por lo menos, lograr medidades judiciales que permitan clausurar cada narcopiso tras una operación policial, aunque el propietario se desentienda. Una investigación de este diario localizó a todos los dueños de estos locales ocupados: La mitad están en manos de bancos, fondos e instituciones.   

Auge de carteristas 

En el 2016 se registraron 5.000 hurtos más que en el 2015. El incremento en el 2017, en paralelo también al crecimiento del turismo, se cuantificó en un 9%. La tendencia negativa al alza en el 2018 se mantiene. Una de las novedades de la Guardia Urbana para combatir la acción de los carteristas, tal como avanzó este diario, es la creación de una lista de multirreincidentes para poder sumar semanalmente el importe de todos los objetos de valor que han sustraído a ciudadanos de la capital catalana. El objetivo es poder acreditar judicialmente que sus acciones componen un delito continuado y lograr así que los hurtos inferiores a 400 euros, por acumulación, acarreen penas más duras. 

Venta ambulante ilegal 

La petición de refuerzos de la alcaldesa al 'conseller' iba dirigida también a recuperar el dispositivo permanente en el Port Vell, un lugar en el que desde hace meses los vendedores ambulantes sin licencia vuelven a contarse por centenares dado que se trata de un área competencia de la Autoridad Portuaria, que no cuenta con suficientes efectivos para poder espantarlos. Únicamente la presencia constante de agentes antidisturbios ha demostrado ser útil. Actualmente, los cuerpos policiales han optado por realizar cíclicamente operaciones policiales en la zona, con una periodicidad semanal, que los vendedores intentan sortear con un buen sistema de vigilancia que les permita huir antes de que aparezca la policía.