BARCELONEANDO

El primer súper libre de plásticos

Aquí da apuro hasta pagar con tarjeta de plástico. Yes Future es un supermercado de Sant Antoni que fomenta la filosofía Zero Waste (Residuo Cero)

Tres clientes compran a granel en el supermercado Yes Future. / RICARD CUGAT

“The future is this way”, se lee en la entrada. “El futuro es por aquí”. Así que sigues la flecha sin vacilar, como si fuera a llevarte al DeLorean de Regreso al futuro. Terminas en un súper. “Fuck plastic”, grita desde la pared un cartel. “Que le den al plástico”. Y lo cumple a rajatabla: no se ve nada plastificado hasta donde alcanza la vista. Cinco minutos aquí y te entran ganas de reciclar incluso a Belén Esteban. 

Es un súper, sí, aunque parezca sacado de un catálogo nórdico. Hay cajas para autoservirse a granel legumbres, cacao, algas, quinoa, cereales. Grifos de los que sale vino, vermut, aceite, miel, productos de limpieza sostenible. Cepillos de dientes de bambú, estropajos vegetales, tuppers de acero inoxidable. Ya ha volado la pasta de dientes: viene en tarro de cristal, con espátula de bambú. Aquí todo es biodegradable, reutilizable o reciclable.

Recuperar el romanticismo al hacer la compra

Yes Future (Viladomat, 66). “Sí que hay un futuro”, justifica el nombre Olga, una de los propietarios. Este es posiblemente el primer supermercado libre de plásticos de España. “Que yo sea consciente –apunta- no existe ningún otro”. Un súper que sigue la filosofía Zero Waste (Residuo Cero). “Es un movimiento global –añade Olga- que fomenta reducir la cantidad de residuos que genera una persona”.  

"¿Y si concentramos todo en un espacio?", pensaron los dueños. Una tienda donde puedes comprar lo básico pero sin plástico. Y todo ecológico: libre de pesticidas y químicos

Olga Rodríguez, 35 años, desprende familiaridad exprés de barri. Mira a todos los clientes a los ojos, pregunta “¿qué tal?” antes de darte el tíquet. Dice que hay que recuperar el romanticismo al hacer la compra. En lo que tarda en cobrarte, te despierta tanta conciencia ecológica como Leonardo DiCaprio. Nadie diría que viene del mundo de la moda, como su socio, Alejandro Martínez, 37. ¿Qué pasó? “Había una inquietud personal”, recuerda ella. Los dos socios compartían piso y un día se dieron cuenta de la cantidad de envases de plástico que tiraban. Y empezaron a comprar a granel. “No es algo nuevo, se ha hecho toda la vida”, apunta Olga. Pero ellos dieron un par de ecopasos más. “¿Y si concentramos todo en un mismo espacio?”, pensaron. “Una tienda donde puedas comprar lo básico pero sin plástico”. Y todo libre de pesticidas y químicos. “No entendemos por qué hay tanto producto ecológico envasado en plástico, con el daño que hace al medio ambiente. Es incoherente”.

Grifos con productos de limpieza biodegradables. / RICARD CUGAT

Inauguraron hace seis meses. Ahora es raro ver vacío este búnker sin residuos. ¿La gente está concienzada? “Más de lo que pensábamos”, asiente Olga. "Viene mucho público joven –detalla-, locales y gente europea que vive en Barcelona”.

Pajitas de acero inoxidable

“¡Qué chulas!”. Una clienta se queda mirando las pajitas de acero inoxidable. También hay un cepillo extrafino para limpiarlas por dentro. Los añade a la cesta. “Las utilizo de papel y se acaban desintegrando”, se justifica. Saca la tarjeta de crédito con apuro. “Te tengo que pagar en plástico –se ríe-. Me siento mal”.

Te entra de golpe mala conciencia al pensar en todos los plásticos que acumulas en casa. “El problema es que vamos por la vida sin pensar”, dice Olga. “Es cambiar el chip”, asiente otra clienta. “El otro día guardé el cartón de los huevos”, comparte con orgullo. Pagar aquí suele desembocar en una charla sostenible.

 “¿Van a tener desodorante?”, pregunta el siguiente cliente. “Sí, estamos introduciendo toda la parte de higiene personal”, le responde Olga. Eso incluirá desodorantes, jabones, champús sólidos. “Queremos que se pueda hacer una cesta más o menos completa –añade-. Nos falta el producto fresco”. También está en proyecto. “Fruta, verdura, productos de nevera. Todo 100% ecológico y en el formato más sostenible posible”.

riCARD CUGAT

“¿Quieres una bolsa?”. En este súper no te cuestan ni cinco céntimos ni una colleja a tu econciencia. Son de papel. “Casi todo el mundo ya viene con su bolsa de tela”, asegura Olga. Aquí se fomenta que los clientes traigan sus envases. Y si no, dan alternativas sostenibles: bolsas de papel, botellas de cristal y “como último recurso” –recalca Olga-, recipientes de HDPE. “Es la alternativa que damos para la gente que viene sin envase para los detergentes. Es la más sostenible dentro del mundo de los plásticos. No desprende toxinas, se reutiliza y cuando lo quieras tirar, se recicla al completo”.

Te vas con sensación de revolución. Desde la caja se puede leer en la pared un (Re)Manifiesto. “Si añades re-, muchas palabras recuperan su sentido”, asegura Olga.

Rellena. Reduce. Reutiliza. Recicla. Reconecta, reinventa, recupera, redefine, reacciona, resiste.

Y repite.