El más emblemático paseo de Barcelona fue el mismo día escenario de lo peor y lo mejor que puede dar de sí la sociedad de nuestros tiempos. Inmediatamente después del atentado terrorista, los cuerpos de seguridad y los servicios de emergencia actuaron de forma impecable para atender a las víctimas y acaso reducir la magnitud de la tragedia, ayudados por la solidaridad espontánea de decenas de ciudadanos que estaban allí y se arremangaron para ayudar. Fueron los héroes del día, y merecen reconocimiento.
Aquí van sus historias:
El corazón de la emergencia, por Mauricio Bernal
Los ángeles de la guarda, por Cristina Savall