LAS ÚLTIMAS HORAS DE UNA PRISIÓN CENTENARIA

La ventana de la Modelo

En la cárcel barcelonesa han nacido revistas de uso interno que han servido a los reclusos para explicar sus experiencias, así como una emisora de radio

Las publicaciones a las que ha tenido acceso EL PERIÓDICO eran el reflejo de la vida cotidana del centro, el sexo, la droga y hasta el amor

Un pasillo de la cárcel Modelo de Barcelona. / RICARD CUGAT

Cada una de las palabras escritas es una emoción nacida desde el interior de lo más profundo de una persona privada de libertad. “He ido marcando los días tristes de mi cautiverio con una cruz símbolo del sufrimiento y cruel castigo inmerecido (….) Sigo marcando los días penosos con el símbolo de la crueldad con mi confianza puesta en que algún día triunfe la verdad…”. Firma. Eugenio (2ª). Ese número dos corresponde a la segunda galería de la cárcel Modelo de Barcelona. Corría octubre de 1994 cuando este interno reflejó su sentimiento en una revista peculiar: “La Finestra de la Primera”, una publicación nacida en la prisión de la calle Enteça, que cerrará este jueves.

No es la única publicación que ha nacido en el centro penitenciario: 'El Puente', de la tercera galería; 'Contrapunt', de la primera; 'Cara al Vent', o  más generalistas, como “La finestra de la Model” o la moderna Àrea.Com. Los presos han expresado en ellas sus sentimientos, pero también han planteado sus quejas, o redactado artículos de cultura general o describir las actividades que se celebraban durante alguna festividad. Un repaso a estas publicaciones refleja la historia de la vieja prisión y las emociones vividas desde dentro, a pesar de que las revistan no salían a la calle. Y, de paso, servía para que los presos estuvieran ocupados. Y no solo a través de estas publicaciones, sino también les hacía compañía la poca conocida Radio Modelo, que funcionó durante un tiempo en esta prisión.

Radio Modelo. 107.4 FM. Año 1990. Horario de emisión: de lunes a viernes de 15.50 horas a 20.15 horas. El alcance de la emisora era mínimo. Solo se podía escuchar en el recinto. La escaleta era muy sencilla: apertura, informativo, comentario de artículo, música especial, “Las cosas de Ramón”, rincón poético y despedida y cierre. En principio se concibió como una actividad más, pero la idea se fue consolidando. “Todo servía, incluso cintas prestadas. Lo importante era salir por antena”, se detalla en un informe del taller de radio. Un año se emitieron actos de la Semana Cultural. En la radio fueron entrevistados hasta jugadores de baloncesto del Barça o bailarinas profesionales, y se montaron debates y coloquios. El rock and roll era la música preferida. Uno de los programas se llamó: 'En la sombra de la noche'. Y otro, 'Tus derechos'.

'DESDE MI ATALAYA'

Las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito perdura. Ramón escribió en 1999 en la sección de opinión de la revista 'Cara al Vent' un artículo titulado “Desde mi Atalaya”, donde reflejaba la vida cotidiana en la cárcel: “Tenemos unas horas para comer, tenemos que estar a ciertas horas puntuales en nuestras celdas, se cobra un día por semana, para tal cosa se sigue tal procedimiento y así, todo tiene un día, unas horas, un proceder, poco a poco nos vamos acostumbrando a hacer lo que toca a la hora que nos encontremos”. Él estaba en la primera galería, donde habían unos 300 internos. Se lamentaba: “Nuestra personalidad queda diluida entre los trescientos o los mil y pico”. Y denunciaba: “La masificación trae consigo la despersonalización, y esto es así, y cuanto mejor lo aceptemos mejor será, para entender mejor al entorno”. Un tal Albert se quejaba libremente: “La prisión, es a mi entender, un sistema caduco y carrinclón. Va comiendo la moral y la fuerza vital de las personas, una a una la gota de agua erosiona una piedra”. En la misma revista hay un artículo sobre los anticuerpos del sida o una reflexión sobre la justicia o simples pasatiempos.

También había cartas de amor ('La finestra de la Model' de junio de 1995): “Te escribo para anunciarte que estoy enamorado desde hace dos semanas. Se que te alegrará, aunque tú me decías que no tenía suerte con las mujeres. Fíjate, desde la cárcel he ligado, claro que ella aún no me conoce. Se llama Begoña, una tiaza que está en Brians. Tal y como me escribe noto que está loca (por mí)".

VOLER A CASA

En la misma revista, pero del mes siguiente, un exconvicto relató: “Esta es la historia de alguien como tú y como yo, y supongo que la de muchos más que compartimos esta 'casa' en su día. Como dicen algunos, de “aquí se sale”, lo malo es cómo se sale. Si no, que me lo digan a mi”. Y explica que lo primero que le llamó la atención cuando piso la calle “fue la velocidad con que circulaban los coches, casi no me atreví a cruzar la calle; superado este primer escollo, me dirigí al bar más cercano para mojarme” por dentro.

“El retorno con la vida cotidiana parecía normal, pero pude advertir instáneamente que algo había cambiado en lo más profundo de mi ser. Mi mujer fue la primera en notar estos cambios, pero ella no entendía lo que sucedía en mi interior y no le dio importancia al hecho de que me hiciera la cama cada día. Lo malo fue cuando insistí en lavar personalmente mis “gallumbos” (…) y menos aún cuando pegué en las paredes del cuarto de baño señoritas ligeras de ropa y cuerdas para tender mis frecuente coladas”, redactó. Reconoce que le han quedado secuelas, pero poco importantes “como un cierto enganche al café y una desmedida afición al parchís, el cual casi siempre llevo encima por si sale algún pardillo dispuesto a perder parte de su peculio “borlando” conmigo”. Firmado Lucas. Segunda galería.

Pero en la revista 'La Finestra de la Model' (febrero de 1996) no solo se podía leer lo que pasaba en la cárcel, sino también artículos emotivos, como uno dedicado al funcionario de prisiones Ortega Lara, secuestrado por ETA (“Un funcionario cautivo”, se tiluló), o a Fernando Múgica. “Abogado penalista, militante socialista y luchador por las libertades democráticas. Padre de familia. Ha sido asesinado por la banda terrorista ETA en San Sebastián, el 6 de febrero de 1996”, expresaba una rudimentaria esquela. Otros artículos ofrecían consejos “para trabajar después de la cárcel”  o reflexionaban sobre “el papel de la sociedad en la reinserción del preso”.

SEXO EN LA CÁRCEL

La censura parece que no funcionaba en estas revistas. Un preso escribió en 'Contrapunt': "Aquí en la Modelo hay hombres que sobreviven sin sexo más de mil noches y no hay derecho a eso, y esto lo saben quién dirigen este centro, como todos los demás. Acá se vive muy mal. Todo es antiguo y todo hiede a pasado, incluidas las normas que rigen este maldito centro penitenciario” (…) Lo ideal es que hubieran celdas individuales, pero estamos en la Modelo”. En otra revista se puede leer un listado de presos que quieren tener relaciones con internas de otra cárcel.

"Quiero ser libre"

Quiero ser libre y volar, / como el viento y el mar. / Quiero volver a mi hogar, / y ser el hombre que era.