Barcelona ensayará en el eje del Besòs una renta municipal de inclusión

La prueba piloto prevé ayudas de distinto tipo a 1.000 familias para conocer su efectividad

El presupuesto es de 13 millones, de los que cinco provienen de la Unión Europea

El Ayuntamiento de Barcelona se ha propuesta crear un pequeño laboratorio social en los barrios del Besòs, una de las zonas con menos recursos de la ciudad, que acogerá una prueba piloto encaminada a mejorar el análisis del efecto que tienen las políticas públicas de asistencia a las familias más pobres: si sirven para modificar su situación, si alientan o no la búsqueda de empleo o si es mejor vincular las ayudas con planes de ocupación o no.

Para hacerlo, el consistorio activará en la zona una renta municipal de inclusión, un ensayo que se prolongará 24 meses, que estará restringida a los diez barrios del Besòs y que tendrá un presupuesto de 13 millones de euros, de los cuales cinco millones vendrán de la Unión Europea, vinculados a un premio recibido por la ciudad por este proyecto, mientras que el ayuntamiento pondrá los ocho restantes. El plan prevé que esta renta de inclusión centralizada en una zona empiece a otorgarse en septiembre. El proyecto, que se denomina B-Mincome y es

Una ayuda europea para una promesa electoral de Colau

La renta municipal de inclusión es una promesa electoral de Barcelona en Comú que en su programa anunciaba como una medida planteada para “superar la actual política de ayudas y establecer un apoyo económico de inclusión, dirigido al conjunto de personas en situación de pobreza y con dificultad de cobertura de cualquier tipo de necesidad básica”. El proyecto restringido al eje del Besós, como prueba piloto, recibió un premio con una subvención asociada de 4,85 millones. El ensayo de aplicación de la renta municipal de inclusión entre familias de los 10 barrios del Besòs será analizado, entre otros, por Ivàlua, el Institut Català d’Avaluació de Polítiques Públiques, un consorcio en el que participa la Generalitat, la Diputació, la Universitat Pompeu Fabra, el Consell Interuniversitari de Catalunya y el Consell de Treball Econòmic i Social de Catalunya.

impulsado por el Urban Innovative Actions, se desarrolla también en Utrecht (Holanda), Ontario (Canadá) y Helsinki (Finlandia).

CANTIDAD INDIVIDUALIZADA

Durante este tiempo, unas 1.000 familias recibirán una ayuda económica, que en cada caso será distinta, ajustada a su situación, lo que obligará a un trabajo meticuloso de análisis por hogar. La teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, que este miércoles ha presentado la prueba piloto, ha explicado que para llevar a cabo el estudio se ha calculado cuánto dinero necesita una persona para cubrir sus necesidades básicas en Barcelona, si no se tiene en cuenta lo que debe invertir en vivienda. Esa cantidad, ha precisado Ortiz, está entre 400 y 525 euros mensuales.

“Hay que comprobar qué es más eficaz contra la pobreza”, ha subrayado la teniente de alcalde, que ha asegurado que hasta ahora no se han hecho estudios como el que tendrá lugar en el Besòs. La concejala ha subrayado que, para llegar a las conclusiones buscadas, habrá que comprobar que los destinatarios de la ayuda tienen cubierta la necesidad económica por vivienda, si es necesario, dándoles ayudas diferenciadas para el pago del alquiler o la hipoteca. También ha destacado que, para acometer el plan, se han logrado datos inéditos sobre la renta media neta en función de la información que tiene la Agencia Tributaria, que se han cruzado con la encuesta de servicios municipales, la muestra de vidas laborales de 47.000 personas y la encuesta de condiciones de vida, entre otros.

No es fácil aproximar la cantidad que recibirán las familias: al margen de que se tendrá en cuenta cada situación particular para definir la cifra, la previsión es que los entre 400 y 525 euros se otorguen por persona. Habrá un nivel de ingreso a partir del cuál no se podrá optar, todavía por determinar. Como ejemplo aproximado, una familia de dos cónyuges y dos hijos con ingresos de unos 1.500 euros no estará entre los candidatos a recibir la renta. Una familia similar que sí pueda optar percibiría entre 1.000 y 1.500 euros mensuales.

REQUISITOS

El director de Planificación e Innovación del Área de Derechos Sociales del ayuntamiento, Lluís Torrens, ha explicado cuáles son los requisitos para poder optar a la renta de inclusión: tiene que haber una persona entre 20 y 65 años en el hogar; hay que llevar por lo menos dos años residiendo en Barcelona, y concretamente en uno de los diez barrios del eje del Besòs, y ser usuario activo, con expedientes abiertos, de los servicios sociales municipales: receptor de la ayuda 0-16, por hijos menores; del programa Lábora o del Servicio de Integración Social.

El gobierno municipal calcula que hay entre 4.000 y 5.000 familias que responden a ese perfil, y de ese colectivo serán elegidas las 1.000 que participarán en la prueba piloto. Si hay casos en los que se considera que la posición es idéntica se contempla la posibilidad del sorteo.

CUATRO MODALIDADES

Los 1.000 hogares destinatarios de la renta de inclusión la recibirán de cuatro formas distintas. Una parte de los hogares elegidos recibirá la renta de forma vinculada, obligatoria, a un proceso de inserción laboral; otra la recibirá sin que exista esa obligación; otra con tope, es decir, recibirá la renta pero la perderá o la verá reducida en el caso de que el beneficiario encuentre un trabajo, y una sin tope, que mantendría la misma suma aunque logre un empleo.

Esta división es clave para el estudio de la efectividad de las políticas, y supone la novedad de mezclar políticas activas de inserción laboral con rentas. En la práctica, la renta municipal de inclusión funciona como la antigua renta mínima catalana con modificaciones: uno de los problemas que tenía aquella prestación era que un titular que lograra un trabajo por tiempo reducido lo tenía muy complicado para regresar a la prestación una vez volvía a quedarse en paro. La nueva renta garantizada de ciudadanía del Govern prevé que puedas combinar la ayuda con empleos que no superen a la propia ayuda.

Vista aérea del nudo de la Trinitat, en el eje del Besòs. / XAVIER JUBIERRE