COTO A LOS VEHÍCULOS DE MOVILIDAD PERSONAL

Barcelona pone fin al libre albedrío de patinetes, 'segways' y ciclos de más de dos ruedas

El ayuntamiento aprueba este viernes una normativa para controlar todos los nuevos medios de transporte

Se les permitirá circular por los carriles bici pero en algunas zonas no se podrán emplear para excursiones turísticas

Un hombre circula por el muelle de la Fusta con un patinete eléctrico, este jueves.  / ALBERT BERTRAN

En una ciudad tan densa, tan de moda, tan solicitada por los turistas y tan mediterránea se impone un cierto orden de la vía pública. Una regulación que, gracias y por culpa de las nuevas tecnologías, requiere de una actualización constante. El pleno del ayuntamiento aprobará este viernes -si no hay revuelta de última hora- la normativa que controlará el uso y disfrute de los denominados vehículos de movilidad personal, esto es, patinetes, ‘segways’, plataformas eléctricas, ciclos de más de dos ruedas o bicicletas de transporte.

La normativa se incluirá en la ordenanza de circulación de peatones y vehículos, una de las que más se ha modificado desde su entrada en vigor, a finales de los 90. Ya fue aprobada en la comisión de Movilidad del pasado febrero, y en cuanto pase el corte final de los 41 concejales y se publique en el Boletín Oficial de la Província de Barcelona (BOPB), en un plazo máximo de 10 días, entrará en vigor. Votaron a favor hace un par de meses Barcelona en Comú, PSC, Ciutadans, ERC y la CUP. Los Demòcrates y el PP se abstuvieron. Si no media algún conflicto inesperado, el texto pasará el corte sin problema y todos los ingenios de movilidad que han brotado en los últimos tiempos tendrán que atenerse a la nueva ley. Se les limitan los espacios por los que pueden circular y la velocidad. El objetivo del ayuntamiento es “resolver los problemas de convivencia en el espacio público y fomentar una movilidad sostenible y segura”. También por seguridad, pues es habitual que los ciudadanos que apuestan por algunos de estas máquinas usen la acera.

FORASTEROS BAJO CONTROL

Al margen de ordenar su funcionamiento, la modificación de la ordenanza pone coto a las excursiones turísticas en algunas zonas de la ciudad - en las que es habitual encontrarse con un grupo de forasteros en patinetes o ‘segway’. El documento distingue 10 medios de transporte distintos, distribuidos en tres categorías. Con un denominador común: su lugar natural debe ser la calzada, aunque también las zonas pacificadas y las calles con la velocidad limitada a 30 kilómetros por hora. Todos estos vehículos podrán utilizar los carriles bici. En el caso de los más voluminosos, -trixie y rickshaw (taxis a pedales para turistas) o las bicicletas de transporte de mercancías), podrán entrar en los pasillos ciclistas “siempre que la anchura de la infraestructura ciclista lo permita”. Una decisión arriesgada, pues donde uno ve una autopista, el que viene de cara ve una diminuta tubería.

ALBERT BERTRAN

En cuanto a la velocidad, irá en función de la vía por la que circulen. Entre 10 y 20 Km/h en plataformas únicas (calles sin acera diferenciada); 10 km/h en parques públicos (todas las categorías pueden entrar en las zonas verdes); misma velocidad en carriles bici no segregados; 30 km/h en los viales ciclistas segregados y en las zonas 30, y 45 kilómetros por hora en calzadas que no correspondan a la red básica de la ciudad (las calles más importantes a nivel de circulación). 

El casco será obligatorio en los vehículos de las categorías B y C. Lo de tipo A solo deberán llevarlo cuando el medio de transporte forme parte de un servicio público o una actividad comercial. Lo mismo sucede con las luces, obligatorias en todos los casos menos en los patinetes y plataformas eléctricas pequeñas. La edad mínima para todos los casos será de 16 años. El consistorio se reserva la potestad de "ejecutar restricciones específicas en los ámbitos y distritos en los que estos vehículos generen una presión o una problemática específica". 

A la espera de liberar las aceras

El conflicto en las aceras entre peatones y ciclistas debería terminar en menos de un año. En mayo del 2015 se aprobó una modificación de la ordenanza de peatones y vehículos que daba un año a los ciclistas para abandonar las aceras. El gobierno de Ada Colau decidió, en el momento de dar cumplimiento a la normativa, que la calzada no estaba lista para que los ciclistas bajaran al asfalto, así que los responsables de Movilidad decidieron en noviembre pasado dar otros 18 meses de plazo. En este tiempo (antes de abril del 2018), el ayuntamiento tiene que tener la infraestructura lista para que las bicis puedan circular por las calles sin peligro. Para ello, Barcelona en Comú tiene un plan para (casi) triplicar el número de kilómetros ciclables de la ciudad, un proyecto que debería estar listo antes de terminar el mandato, en mayo del 2019. No se descarta que, una vez vencida la moratoria de año y medio, el consistorio decida dar un nuevo paréntesis.