ENFRENTAMIENTO ENTRE CLANES GITANOS

El fiscal pide 22 años de cárcel por el crimen que desató la revuelta en la Mina

El caso, que originó el éxodo del clan de los Pelúos, será juzgado por un jurado

Una plaza del barrio de la Mina, en febrero del 2016. / ELISENDA PONS

3.20 horas. 24 de enero del 2016. Fueron la hora y el día del asesinato de Daniel U., de 28 años, en una discoteca del Port Olímpic de BarcelonaPort Olímpic de Barcelona. Le clavaron un cuchillo en el torso en la sala Nirvana. Cayó al suelo y no tardó en fallecer. Él era un gitano del clan de los Baltasares, y su agresor, de la familia de los Pelúos  familia de los Pelúos (nombre que les viene de abrigo de piel que lució un patriarca). El crimen puso patas arriba La Mina (Sant Adrià del Besós)La Mina Sant Adrià del Besós). Los Pelúos tuvieron que huir por miedo. Ha pasado más de un año desde el incidente y la paz ha ido volviendo poco a poco al barrio. Pero el proceso judicial sigue su curso. El fiscal  ha presentado su escrito de acusación contra el presunto autor del asesinato, Luis Cortés Fernández, para quien reclama 22 años de prisión. Para Gabriel Reyes Fernández y Juan Manuel Vargas, 5 años de cárcel por un delito de lesiones. Solo estas tres personas se sentarán en el banqullo, aunque en la agresión participaron en total siete. 

No se conocen las causas que provocaron la pelea. Se inició por una discusión verbal entre Gabriel Reyes y Daniel U., casado y con dos hijos. En un principio fueron palabras malsonantes, pero el tono fue subiendo. Hasta que los tres acusados acabaron agrediendo "reiteradamente" al joven. Y lo hicieron “de común acuerdo” y con “el propósito de menoscabar su integridad física”. O, al menos, “conociendo y aceptando” las consecuencias que podrían acarrear sus actos, indica la acusación pública.

Daniel fue agredido con objetos cortantes (el fiscal no especifica cuáles) y le causaron lesiones en la zona de la cabeza, cuello y espalda. Ese momento fue aprovechado por Luis Cortés para, con el propósito de acabar con la vida del joven, clavarle un cuchillo en el torso que le perforó la arteria torácica. Murió por la gran cantidad de sangre que perdió. Cortés está en prisión desde enero del 2016

INDEFENSIÓN

Los tres acusación, siempre la según la versión del fiscal, “se aprovecharon para acometer su acción” de la “absoluta indefensión” de Daniel. Primero, por su superioridad numérica y, después, por el “precario” estado físico en que se encontraba la víctima como consecuencia de las bebidas con alcohol que había ingerido. Tenía una tasa de alcoholemia muy alta.

La fiscal destaca en su escrito que, de acuerdo con los resultados de los informes forenses, de no haber sufrido la víctima la lesión mortal, el resto de heridas sufridas en la cabeza, el cuello y la columna solo hubieran precisado tratamiento médico simple y le habrían provocado unas cicatrices. De ahí que se acuse a los otros dos imputados de un delito de lesiones. A Cortés, el presunto autor del apuñalamiento, se le atribuye un delito de asesinato con la agravante de alevosía.

La acusación también solicita para los tres acusados que se les prohíba aproximarse a una distancia inferior a los 1.000 metros a la mujer de Daniel, a dos de sus hijos y a Ramona, la madre del fallecido. Y tendrán que indemnizar a todos ellos con 600.000 euros. El juicio, que será con jurado popular, todavía está pendiente de fijarse. Ramona llegó a decir a EL PERIÓDICORamona en febrero del 2016: “Si cogemos a los que mataron a mis hijos, tendrán la pena de muerte”. Los Pelúos tuvieron que huir del barrio. Sin embargo, el mes pasado de marzo, la guerra entre clanes se zanjó. Más de diez familias, que se criaron en los edificios de la calle de Venus o de Marte, aceptaron su destierro definitivo del vecindario como castigo suplementario al asesinato de Daniel. La incógnita es si se volverá a tensar la cuerda con el escrito del fiscal o cuando se celebre el juicio.

Más de un año de un conflicto que ha dejado cicatrices 

MARZO DEL 2017 La lucha entre clanes gitanos ha finalizado con la expulsión de los Pelúdos del barrio. Más de 10 familias, que se criaron en La Mina, han aceptado su destierro definitivo. Otros clanes, los Zorros y los Cascabeles fueron indultados a los tres meses del asesinato. Los Manuel también regresaron. Los Pelúos que han podido volver a La Mina en el último lugar son los que no guardan un parentesco directo con los agresores.