Barcelona, capital vegana

La llegada de la principal feria del sector este fin de semana y una nueva guía de restaurantes afianzan el auge 'veg-friendly' en la ciudad

La feria Veggie World de Munich en el 2016. / ANDREAS GEBERT

La elección del emplazamiento no podría ser más simbólica: la cúpula del centro comercial Arenas de Barcelona. Donde antes el sacrificio de los toros remató tantas tardes de faena taurina, ahora se instalarán más de 70 estands que postulan una vida de estilo vegano y respetuosa con los animales, de la mano de la feria Veggie World que este sábado y el domingo aterriza por primera vez en España. Han elegido a Barcelona por su declaración institucional hace un año como ciudad 'veg-friendly' (amiga de la cultura vegana vegetariana) y por el ‘boom’ que vive esta alimentación en la capital catalana, como certifica también una nueva guía que en unos días presentará el Gremi de Restauració.

Hace una década, confesarse vegano en un restaurante aún dibujaba un mohín de nerviosismo o repelús en el camarero de turno. Pero hoy en día cada vez hay más establecimientos rendidos a esta dieta y, sobre todo, más restaurantes para todo tipo de público donde los platos vegetarianos o veganos ganan espacio en sus cartas.

Del 'take away' a la estrella Michelin

No hay estudios locales sobre la proporción de veganos y vegetarianos. En España hace unos años se cifró esta población en un 3-4%, pero al parecer en la capital catalana está por encima. Para equilibrar las necesidades de nutrientes y posibles déficits protéicos se recomienda consultar con nutricionistas. Pero la oferta para los que quieren comer verde sin cocinar alcanza ya a todos los bolsillos, desde las económicas y creativas propuestas de comida para llevar a casa de VegetArt en Gràcia, hasta las impresionantes recetas del chef Xavier Pellicer con verduras de temporada en Céleri, con una estrella Michelin.

El vegano se diferencia del vegetariano en que no solo no come carne ni pescado, sino que rechaza cualquier alimento de procedencia animal, como leche, miel, huevos o quesos convencionales. Pero sobre todo, el fenómeno se traduce en un estilo de vida basado en el máximo respeto a los animales, que pasa por utilizar cosméticos naturales y evitar vestir lana, seda o cuero, por ejemplo.

MODELO DE CONSUMO

Leonardo Anselmi, portavoz del movimiento Barcelona Veg-Friendly, colabora con el ayuntamiento para tratar de promover un modelo agroeconómico que pase por la dieta vegetariana, facilitar más información fiable al consumidor y buscar sinergias entre movimientos sociales, emprendedores, banca ética e instituciones para que sea más fácil impulsar iniciativas al respecto, explica. Entre la Asociación Animalista Libera y la Fundación Franz Weber impulsaron la iniciativa que se saldó, con amplio respaldo de los grupos municipales, con la declaración de Barcelona. Ahora trabajan en un censo de la oferta local.

Al margen de ese reclamo institucional a nivel internacional, pesan sobre todo los argumentos a pie de calle. No hay datos fiables sobre porcentaje de barceloneses veganos o vegetarianos, pero salta a la vista que los comercios y restaurantes especializados se han disparado. Hace poco más de un año se calculó que había algo menos de 70 con esas especializaciones, pero Anselmi no duda de que ahora son muchos más. La mejor manera de localizar a muchos de ellos (están especialmente concentrados en el centro de la ciudad) es desde aplicaciones como happycow o guías online. Algunos recuentos cifran los establecimientos puramente veganos en una veintena, mientras que los vegetarianos son muchos más. Pero destaca la implantación del concepto 'veg-friendly' en las cartas de cientos de restaurantes locales, donde esos platos aparecen distinguidos con una V o un símbolo.

NUEVOS SIMPATIZANTES

El auge que vive el movimiento en Barcelona tiene un evidente respaldo en la fiebre por la alimentación saludable, donde los productos de procedencia no animal se equiparan a una vida más sana pero, además, van de la mano con la conciencia ecológica y contra el cambio climático. Pero dejando a un lado el debate médico y económico, y las muchas discrepancias que suscita entre los que no comulgan con esas doctrinas, el peso de esta  tendencia en la ciudad llenará la Cúpula de las Arenas no solo de veganos estrictos sino de muchos curiosos o simpatizantes interesados en reducir cada vez más su ingesta de productos de procedencia animal, destaca Cristina Rodrigo, portavoz en España de Pro Veg, la organización internacional vegana que promueve la feria.

La mayor cita vegana europea nació en el 2011 en Alemania y este año ya se celebrará en 14 ciudades de seis países, debutando en Barcelona. “La ciudad está en la vanguardia de veganismo, tanto por oferta como por sus políticas sobre animales”, agrega. La alimentación será uno de los pilares, pero también habrá firmas de moda, complementos y cosmética que no utilizan nada de procedencia animal.

En menos de dos semanas estará lista, además, la nueva guía promovida por el Gremi de Restauració donde se han seleccionado 40 restaurantes veganos y 'veg-friendly', con detalles sobre su oferta. Y a final de mayo regresa el festival Organic, centrado en el bienestar y en cuyo mercado saludable no habrá carne. Un alimento proscrito incluso en el festival techno DGTL Barcelona con argumentos medioambientales.