El Cercle Catòlic de Gràcia (Santa Magdalena, 12-14) vive una doble celebración. Acaba de cumplir 114 años y lo ha aprovechado para estrenar una compleja reforma con la que ha adecuado sus espacios (entre ellos el teatro, que ahora dispone de butacas nuevas) a la normativa vigente, instalando rampas de acceso y salidas de emergencia.
El Institut de Cultura de Barcelona (Icub) ha pagado el 60% de las obras, que han tenido un coste de un millón de euros, y el esfuerzo de sus 680 socios ha cubierto el resto. El resultado de las obras, que se prolongaron durante un año y medio, fue presentado a los miembros de la entidad este domingo en una fiesta en la que no faltaron las actuaciones teatrales ni el humor.
El Cercle Catòlic de Gràcia fue fundado en 1903 por colectivos católicos. A día de hoy, el teatro y, sobre todo, el teatro musical, es su buque insignia, por el que además está muy bien valorado. «Mantenemos algunas actividades religiosas por nuestros socios mayores», explica el presidente, Leo Quintana, quien matiza que, aun así, hay una gran proporción de gente joven vinculada a El Cercle, como se denomina comúnmente a esta entidad de la Vila de Gràcia.
«Cada año solemos hacer unas 14 obras teatrales», continúa Quintana. También hacen talleres de teatro, tienen cuatro corales (una de ellas infantil) y un club deportivo de tenis de mesa, El Cercle TT Gràcia. Además en El Cercle se practican otros deportes, como el billar o el fitness y, dentro de él, están el Agrupament Montnegre-Josep Carner, que trabaja la educación en el tiempo libre, y el Grup de Veterans de l'Esbart Santa Fe, creado con motivo del centenario de la entidad.
«Siempre he hecho teatro, pero hace seis años que decidí hacerme socio de El Cercle porque me gustaba la calidad de las cosas amateur que hacen», cuenta Quim Fuster, socio de 53 años. Aunque él es normalmente actor, a veces también actúa de director. «Hay un solo grupo de teatro y 14 directores».
Siempre actúan en el teatro de El Cercle, del que Fuster destaca la buena «iluminación» y las «escenografías». Ahora mismo, se encuentran preparando el musical Chicago.
Antigüedad
Manolita Quintana, de 94 años, es la socia más antigua de la entidad. «Mi padre ya era socio. Y yo estoy aquí desde que tenía seis años», desvela. Antes, hacía teatro. Ahora vive en una residencia, pero no ha querido perderse la fiesta de celebración del 114 aniversario. «Esta mi segunda casa, ¡me la quiero tanto!», dice.
El Cercle Catòlic de Gràcia recibió la Creu de Sant Jordi en el 2002. Las últimas obras en su edificio se realizaron en los años 50 y 60.