POLÍTICA MEDIOAMBIENTAL

Un coche de 20 años contamina tanto como 36 nuevos

El AMB anuncia los datos de un estudio para reforzar su apuesta de retirar de circulación los vehículos más antiguos

Dar de baja los 30.000 turismos y furgones viejos que circulan de media en torno a las rondas bajaría un 8% la polución

Tráfico en Barcelona / JOAN PUIG

El impacto ambiental que representa la circulación de un turismo o una furgoneta de 20 años o más es el equivalente al que generan 36 vehículos comercializados durante el año pasado. Esa comparativa lapidaria es la que maneja el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para reforzar su apuesta de retirar de forma permanente en el entorno de las rondas a los automóviles incluidos en la categoría Euro 1 y de años precedentes. Una medida que, según sus cálculos, permitiría reducir hasta un 8% de la contaminación atmosférica relacionada de forma directa con el tráfico rodado.

Coincidiendo con el ultimátum que la Comisión Europea lanzó hace dos semanas al Gobierno español por el alto nivel de dióxido de nitrógeno (NO2) en las áreas metropolitanas de Barcelona y Madrid, el AMB propuso adelantar del 2020 al 2018 varias de las medidas de veto del tráfico para los vehículos más contaminantes. Entre esas iniciativas destaca la restricción permanente en las rondas y en el perímetro que comprenden de aquellos turismos y furgones con una antigüedad de al menos 20 años. 

COOPERACIÓN

Las estimaciones del ente suprametropolitano consideran que los 30.000 turismos y furgonetas que circulan de media por la superficie comprendida entre las rondas y que se verían afectados por la medida contaminan tanto como 1,1 millones de vehículos nuevos en términos de partículas en suspensión (PM, por sus siglas en inglés). La proporción para NOx sería de 150.000 vehículos nuevos y de 80.000 en cuanto a NO2.

Bruselas alertó de los altos niveles  de dióxido de nitrógeno en la Barcelona metropolitana

La estadística se ha aplicado también a las más de 4.000 motos afectadas (previas a la normativa euro, y, por tanto, anteriores a 1999), arrojando una relación de una vieja por 16,5 nuevas en cuanto al daño causado al entorno natural. Como vehículo nuevo se entiende la media de los vendidos el año pasado, de manera que la proporción sería incluso más acusada si se centrara en modelos de baja emisión de turismos (híbridos, eléctricos y gasolina) y motos (de tipo eléctrico).

El análisis del AMB trata de concienciar sobre la necesidad de implementar medidas de calado en las políticas de movilidad. Iniciativas que pasarían por reclamar a la Generalitat y el Gobierno central "un esfuerzo para aumentar las subvenciones que permitan la renovación del parque más antiguo de furgonetas, coches y motos", según ha expuesto el vicepresidente de Movilidad y Transporte del AMB, Antoni Poveda.

"Con cantidades relativamente pequeñas se pueden conseguir grandes aportaciones a la mejora de la calidad del aire y la salud de las personas", ha destacado el dirigente socialista.

MEDIDAS ESTRUCTURALES 

El AMB ya ha anunciado medidas estructurales para reducir la contaminación del tráfico rodado, como ampliar a 3 años la tarjeta verde de transporte público gratuito para los dueños de vehículos más contaminantes que los desballesten. También ha propuesto integrar a los 18 municipios metropolitanos de la segunda zona tarifaria del transporte público en la primera corona para abaratar los desplazamientos prescindiendo del automóvil.

El ente también trabaja con la hipótesis de vetar el tránsito de vehículos más contaminantes de las 8 de la mañana a las 8 de la tarde para desplazarse por las rondas de Barcelona y la superficie que delimitan y reducir así el impacto del tráfico en los episodios críticos de emisión de NO2 y partículas en suspensión.

IMPACTO

Algunas de esas medidas y propuestas marcarán la cumbre para la mejora de la calidad del aire en la conurbación de Barcelona que se celebra este lunes y a la que está previsto que asistan autoridades de la Generalitat, el ayuntamiento de la capital catalana, la Diputación barcelonesa y el propio AMB. 

El veto a coches sin adhesivo de la DGT  afectaría a un millón de vehículos en Barcelona

El pasado noviembre, el consistorio barcelonés avanzó que los vehículos más contaminantes no podrán circular por las calles de Barcelona a partir del 2020 --Poveda ha pedido después adelantar la medida al 2018--, y que durante el 2017 se perfilarían cuáles eran los turismos y motocicletas afectados. No obstante, la previsión municipal es que el veto se aplicaría a aquellos vehículos que no cuenten con la etiqueta de la Dirección General de Tráfico (DGT) que acredita el impacto ambiental de sus emisiones.

Un mes antes, en octubre, la DGT informó de que no distribuiría el adhesivo a los automóviles más contaminantes, señalando a los de gasolina matriculados antes del 2000 y para los diésel que ya circulaban antes del 2006. Una medida que afectaría a más de 900.000 vehículos de los 2,4 millones censados en toda la provincia de Barcelona.

El dióxido de carbono es otra historia

Al margen de las partículas PM y los óxidos de nitrógeno (NOx), considerados los dos grandes contaminantes derivados del tráfico, la legislación europea también emplaza a los fabricantes de vehículos a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del efecto invernadero de origen antrópico. No obstante, como el CO2 no es considerado un contaminante propiamente dicho, no ha quedado incluido en las últimas normativas Euro. En líneas generales, no hay niveles para los coches a título individual, sino que la media de todos los coches de un mismo fabricante no podrá superar en el año 2020 los 95 gramos por kilómetro, que son las emisiones actuales de un híbrido o de un coche pequeño y muy eficiente.