Dos años de 'colauismo' en Barcelona, a debate

El pleno municipal sobre el estado de la ciudad se zanja con monólogos de los grupos

La alcaldesa evita entrar en el detalle de los ataques de la oposición y le pide colaboración

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a su llegada al pleno del viernes pasado. / ALBERT BERTRAN

El Ayuntamiento de Barcelona ha celebrado este viernes un pleno extraordinario sobre el estado de la ciudad, un debate que llega cuando faltan tres meses largos para que se cumplan dos años de la llegada al poder del gobierno de Ada Colau, primero asumido por Barcelona en Comú en solitario y, desde mayo del 2016, con el PSC como socio.

No es que se esperara una sesión histórica, pero el debate ha sido de un simplista más que considerable y se ha convertido en un ordenado turno de monólogos en el que cada cual ha justificado su posición y criticado la de los demás, o por lo menos, la del gobierno de Colau. Pocas ideas nuevas y beligerancia controlada. No se han roto muchos platos en el intercambio de pareceres.

En una intervención inicial, la alcaldesa ha dibujado una ciudad desigual que, por un lado crece económicamente, y por otro sufre

El ayuntamiento lleva a fiscalía a la discoteca que invitaba a mujeres “sin bragas”

La concejala de Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, ha anunciado este viernes que el Ayuntamiento de Barcelona ha llevado a fiscalía el caso de la discoteca Bailódromo Caña Dulce, que ofreció la entrada libre, una copa y 100 euros, a las mujeres que acudieran sin bragas a una fiesta del establecimiento. Dones Juristes lo denunció y el consistorio busca la manera de actuar al respecto. Pérez ha explicado que, por ahora, el ayuntamiento ha llevado el tema a fiscalía y al Institut Català de les Dones, y que explora la posibilidad de una sanción municipal en función de la ordenanza del civismo.

por lo precario del empleo, la caída salarial y la subida de los alquileres: “No todo es positivo”.  A continuación ha citado lo que considera logros del gobierno: la activación del plan de barrios, la creación de la Unidad Contra la Exclusión Residencial (UCER), la aprobación del plan de vivienda, el PEUAT (la regulación hotelera), la introducción de cláusulas sociales en la contratación pública, entre otros

También ha defendido su capacidad de alcanzar acuerdos con la Generalitat, en el caso de la llegada del metro a la Zona Franca, del cierre de la Modelo y la ampliación del transporte público, acuerdos, ha recordado, que nacen de pactos con el grupo de ERC.

ALTERNATIVA

Después ha citado el pacto con CiU sobre el plan de vivienda y así ha argumentado que se ha escuchado a la ciudadanía, que, ha dicho, en las elecciones del 2015 pidió con su voto dos cosas: cambio y diálogo, al estructurar un consistorio más fragmentado que nunca.

Esa fragmentación le da aire a Colau para gobernar y dificulta a la oposición visibilizar una alternativa, por lo que no entrar al trapo, como ha hecho hoy, la beneficia.

Los grupos han mostrado su cara más crítica, pero no especialmente novedosa. Cada uno ha exhibido posiciones conocidas. Y Colau ha evitado meter la pierna en la confrontación y apenas ha contestado a sus rivales.

Como socio, el socialista Jaume Collboni ha hecho una defensa de la gestión del que ha calificado de “gobierno coral de izquierdas”. Después, al asumir parte de la respuesta a los grupos, los ha reprendido: “Su catastrofismo no se ajusta a la realidad”.

“USTED ES UNA BROMA PARA LOS RICOS”

El primer grupo de la oposición, el de CiU, desde este viernes Grup Municipal Demòcrata, ha negado que haya habido cambio alguno en Barcelona, más allá de los negativos: “Usted ha demostrado ser una broma para los ricos, una pesadilla para las clases medias y un castigo para los desfavorecidos”, ha proclamado Joaquim Forn, que ha cuestionado la moratoria hotelera: “¿Quién hubiera dicho a los hoteleros que con un gobierno de Barcelona en Comú serían más ricos?”.

Ha clamado contra los planes de que el tranvía discurra por la Diagonal –en breve su grupo presentará un informe de expertos que lo desaconseja-, ha afirmado que los desahucios han subido y ha responsabilizado a la alcaldesa del incremento de alquileres.

Carina Mejías, la jefa de filas de Ciutadans, ha recordado las derrotas de Colau: “Usted es la primera alcaldesa que no logra aprobar el plan de actuación municipal ni las ordenanzas fiscales, ha aprobado los presupuestos por la puerta de atrás, ha cerrado un pacto rocambolesco sobre el PEUAT”. Aludía al acuerdo alcanzado con ERC, que resultó vital para que el gobierno pudiera sacar una medida que limita o prohíbe la creación de hoteles, una de las promesas electorales principales de Colau.

33 DE 37 AÑOS GOBERNANDO

El republicano Alfred Bosch, que en estos dos años ha sido a un tiempo látigo y socio decisivo de Colau, ha acusado a la alcaldesa de lograr el rechazo de todos los grupos y de hacer bueno el marxismo, pero el de Groucho. Más que la geometría variable, le ha dicho, ha tenido "principios variables".

El presidente del grupo del PP, Alberto Fernández Díaz, ha presentando una enmienda a la globalidad del cambio que Colau dijo que traería a la ciudad: “Ustedes han gobernado 33 de los 37 años de ayuntamiento democrático en Barcelona”, ha dicho aludiendo a las etapas anteriores en las que el PSC, como fuerza preeminente, e ICV dirigieron la ciudad, en algunos mandatos también con ERC.

Tampoco la CUP ha comprado la gestión de Barcelona en Comú y el PSC: “Dos años después, constatamos la frustración de la expectativa de cambio”, ha afirmado María José Lecha.

Y a todo ello, Colau ha contestado soslayando las intervenciones y lamentando que se centraran en la crítica y no en hacer aportaciones. Y el año que viene, otro debate.

CiU cambia de siglas entre reproches exdemocristianos

El contrario era el de Gerard Ardanuy, integrante de Demòcrates, que discrepa de que empleen el nombre de su partido para denominar a un conjunto que une a los antiguos convergentes, a una concejal de Unió y a uno, él mismo, que forma parte de Demòcrates, integrando por exmiembros de Unió. El enfado por esta situación es considerable, y no resultaría sorprendente que Ardanuy acabara abandonando el grupo, convirtiéndose en concejal no adscrito.