Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, asistirá el viernes 9 y el sábado 10 de diciembre a una reunión internacional, que reunirá a 60 alcaldes, para afrontar la crisis humanitaria de los refugiados, convocada por el Papa Francisco en el Vaticano.
Según un comunicado del Ayuntamiento de Barcelona, el Papa y todas ciudades convocadas lideran movimientos de cooperación para "paliar los efectos de esta crisis" y quieren enviar un mensaje de trabajo conjunto a las poblaciones europeas "en un momento de crecimiento de los discursos de confrontación".
"En el último año muchas ciudades se han movilizado y han dicho a los estados europeos que no se sienten reconocidas en la actual política de cierre de fronteras, que quieren y pueden acoger a las personas que huyen de la guerra y el horror", explica Colau a través de la nota.
DEFENSA DE LA DIGNIDAD
Barcelona participará de esta cumbre convencida de que "se necesitan espacios amplios y transversales donde defender una Europa coherente con sus principios fundacionales, en defensa de la vida y la dignidad de todas las personas y donde rechazar frontalmente algunos discursos racistas y excluyentes que han crecido en los últimos tiempos y que son incompatibles con la idea de una Europa democrática, unida y fuerte".
A la cumbre asistirán alcaldes de ciudades como París, Roma, Madrid, Lisboa, Berlín, Fráncfort, Palermo, Lesbos, Lampedusa, Glasgow, Milán o Manchester y el Papa ofrecerá una recepción a todos los asistentes el sábado.
El encuentro, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias, tiene como objetivo "ofrecer soluciones a la situación de emergencia que supone la existencia de más de 125 millones de refugiados en todo el mundo y reclamar que los poderes locales, en su condición de autoridades más cercanas a la ciudadanía, puedan tener más competencias, recursos y herramientas para atender y acoger a todo tipo de emigrantes y refugiados".
Colau participará en una conferencia con las alcaldesas de Roma, Virginia Raggi, y de Madrid, Manuela Carmena, el viernes 9 de diciembre, un año después que la capital catalana pusiera en marcha el programa "Barcelona, Ciutat Refugi", con el objetivo de "preparar a la ciudad para acoger, asistir y proveer los servicios necesarios y garantizar los derechos de las personas refugiadas, y exigir a los estados que cumplan las normas más elementales del derecho humanitario".