Clamor contra el auge de los 'cutrepisos'

Vecinos y entidades exigen inspecciones y controles de la creciente oferta de venta y alquiler de infraviviendas

La burbuja de los alquileres propicia los abusos inmobiliarios y la mudanza forzosa a otros municipios

Anuncio de Habitaclia de un piso en Barcelona.

Si el aumento de precios de alquiler en Barcelona no se frena, la ciudad parece abocada a asumir nuevos patrones residenciales como los 'cutrepisos' o a perder población autóctona sin remedio... Así lo plantean muchos lectores que han vertido sus opiniones sobre el 'boom' de infraviviendas infraviviendas del que ayer informó EL PERIÓDICO. Las entidades y vecinos exigen, además, que la Administración actúe sobre la comercialización de presuntas viviendas sin cédula de habitabilidad, una práctica ilegal pero cotidiana.

Son muchos los lectores que explican que hace un tiempo tomaron la decisión de vivir en poblaciones próximas a Barcelona ante los precios de la capital catalana. Desmitifican poco a poco el anclaje al propio barrio, pero todavía son más los jóvenes, parejas o personas solas que a la hora de buscar vivienda priman la ubicación, y encuentran que en apenas dos o tres distritos se pueden conseguir viviendas por menos de 600 euros. A ellos se suma mucha población extranjera que viene temporalmente y sí suele estar dispuesta a pagar más -los alquileres en otras grandes ciudades como París o Londres están muy por encima-, copando los minipisos en mejores condiciones, cuyos anuncios suelen estar también en inglés.

Pero sobre los presupuestos ajustados planea a diario una creciente oferta de 'cutrepisos', a veces con cédula pero en pésimas condiciones, y otras veces sin cédula, en doble versión: tanto en pésimo estado, o reformados estratégicamente para maquillar su falta de ventilación, humedades, ubicación en bajos de menos de 20 metros cuadrados... Muchas veces se promocionan como "ideal para una persona" o como "primera vivienda". Una de las agencias que mostró 'cutrepisos' a este diario explicaba que "eran mejor que una habitación en casa de alguien", lo que se salda con sombríos estudios de 11 o 14 metros cuadrados alquilados a 300 o 400 euros. 

SANCIONES

Fuentes municipales detacan que si las malas condiciones son reversibles, el ayuntamiento "ayuda a corregirlo con subvenciones"; en cambio, "sanciona a los que se lucran con la infravivienda, es decir, propietarios que alquilan espacios sin las condiciones mínimas de habitabilidad". En la actualidad hay 21 expedientes pendientes de instrucción al respecto.  

En el Observatori Desc, la plataforma que aglutina a numerosas entidades y trabaja por los derechos económicos, sociales y culturales, la cuestión de la vivienda es uno de sus pilares. Y con el tema de los alquileres en plena actividad, han dado impulso a una idea en la que llevaban tiempo trabajando: crear un sindicato de inquilinos. En octubre celebraron una primera reunión al respecto y están analizando su posible organización. La directora del observatorio, Irene Escorihuela, enfatiza que con un 30% de la ciudadanía viviendo de alquiler, es necesario que los arrendatarios "tengan una voz potente delante de las Administraciones", y una vía para estar informados de sus derechos y obligaciones con transparencia.

Escorihuela opina que en los alquileres se registran infinidad de "abusos" que hay que erradicar. Aboga por más inspecciones y por presionar socialmente para alargar la duración de los contratos y controlar los aumentos. El vicepresidente de la FAVB, Joan Balanyac, también tiene sobre la mesa la cuestión de la vivienda como prioritaria y demandas claras hacia las Administraciones como impulsar de verdad un parque de vivienda pública, poner coto a los pisos turísticos que han copado buena parte de la oferta de alquiler y utilizar todos los "mecanismos legales" para evitar de la proliferación de la especulación con la infravivienda. 

"Si el ayuntamiento multa los anuncios de pisos turísticos sin licencia, también debe tener mecanismos para frenar la promoción de los que no tienen cédula de habitabilidad", razona.

Y es que la comercialización de un despacho, local o sótano es perfectamente viable como tales (al margen de lo que el titular decida hacer luego con ese espacio). Lo que la ley de derecho a la vivienda prohibe es comercializarlos como "viviendas". Una ilegalidad que está a la orden del día, a la vista de los cientos de anuncios que pueden encontrarse de bajos, locales, quintos sin ascensor con acceso desde un terrado, exdespachos... en la sección de pisos de cualquier portal inmobiliario.

Para muchos la cédula es imposible de obtener por sus dimensiones, pero es común solicitarla si hay opción de transformar un local o similar en piso, porque multiplica el valor del espacio. El ayuntamiento está tramitando ahora 91 casos.

LA CÉDULA

Hay muchos requisitos para que un espacio la pueda obtener. En cuanto a dimensiones, ha de tener al menos 20 metros cuadrados si se construyó antes del 1984. Y más de 36 si es de construcción moderna. También ha de cumplir condiciones de ventilación y densidad.