POLÍTICA MEDIOAMBIENTAL

Un millón de coches contaminantes no podrán circular por Barcelona a partir del 2020

Colau prevé restringir el tráfico de estos vehículos en episodios de alta polución ya a partir del año que viene

El consistorio presenta un protocolo con 58 medidas para mejorar la calidad del aire y la salud de las personas

La Ronda de Dalt, a su paso por la plaza de Alfonso Comin. / CARLOS MONTANYES

Los vehículos más contaminantes no podrán circular por las calles de Barcelona a partir del 2020, si se cumplen las previsiones del ayuntamiento, que durante el 2017 debe determinar qué parte del parque rodado es la afectada. La previsión de la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, es que el veto se aplique a aquellos automóviles que no dispongan de la etiqueta de la Dirección General de Tráfico que acredita el impacto ambiental de sus emisiones

La DGT avanzó en octubre que no distribuiría el adhesivo a los automóviles más contaminantes, aquellos de gasolina matriculados antes del 2000 y del 2006 por lo que se refiere a los diésel. Un porcentaje del parque automovilístico que supera los 900.000 vehículos de los 2,4 millones censados en toda Barcelona, en torno a un 40% de los automóviles de la provincia, los más susceptibles de engrosar el tráfico cotidiano en la capital catalana. 

El ayuntamiento perfilará los detalles  del protocolo contra la contaminación el año que viene

La prohibición se podrá aplicar en episodios puntuales de alta polución a partir de abril del año que viene y hasta la llegada de ese horizonte del 2020, según ha detallado el consistorio en la presentación de un protocolo de 58 medidas para combatir la contaminación atmosférica en la ciudad y, así, el impacto en la salud de las personas. Sanz se ha mostrado optimista respecto al respaldo que el plan pueda obtener del resto de formaciones políticas, que se han mostrado "sensibilizadas" con esta problemática. 

INCENTIVOS

Bajo esa premisa, el programa incluye otras iniciativas como incentivar la baja de vehículos de mayor impacto ambiental compensando a los propietarios con abonos gratuitos de transporte público y de Bicing, así como aprovechar la instalación de nuevos parquímetros para regular el estacionamiento en la calles con tarifas proporcionales al grado de contaminación del coche, e incluso impidiendo que se aparque en los casos más graves. Como ya hiciera la semana pasada el Área Metropolitana de Barcelona en la presentación de su protocolo, el gobierno municipal centra su preocupación en el dióxido de carbono y en las partículas en suspensión PM10.

Acompañada por la concejala de Movilidad, Mercedes Vidal, y por los comisionados de Ecología, Frederic Ximeno, y Salud, Gemma Tarafa, Sanz ha resaltado que se trata de "medidas estructurales" necesarias ante la idiosincrasia de la situación atmosférica en Barcelona, donde, a diferencia de Madrid, no se producen apenas episodios críticos de NO2 y PM10 durante el año, pero sí se hace evidente "la necesidad de mejorar la situación en el día a día" para optimizar las medias de estos parámetros que afectan a la calidad de vida de los ciudadanos. 

El plan prevé una zona de bajas emisiones  y otra adicional para la población más vulnerable

El plan prevé la creación de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE), comprendida entre la Ronda de Dalt y la del Litoral --que entroncaría con la ZBE que el AMB prevé aplicar en los 36 municipios del entorno metropolitano--, en la que se podrá restringir la circulación de vehículos más contaminantes. El protocolo contempla la implantación de zonas de protección adicional en aquellos espacios de la ciudad donde se registren los niveles más altos de contaminación y en los que hagan vida los colectivos más vulnerables a los efectos de la contaminación, como hospitales y colegios. 

EVITAR MUERTES PREMATURAS

Durante la presentación del protocolo, Sanz ha recordado las cifras que arrojaba el informe municipal de salud 2015, presentado hace dos semanas, y que arrojaba resultados "preocupantes", como un incremento del 11% en la media anual de dióxido de nitrógeno y del 13% respecto a las partículas en suspensión PM10. Sobre la mesa, la cifra de 3.500 muertes prematuras al año en el área metropolitana a causa de las emisiones tóxicas.

La Agencia de Salud Pública  ponderará los datos de polución y urgencias sanitarias

Para posibilitar una reducción del impacto ambiental, las medidas estructurales incluyen el desarrollo de propuestas como el impulso del transporte público (conexión del Trambaix y el Trambesòs y la culminación de la red ortogonal de bus), impulsar el plan de supermanzanas y de pacificación del tráfico y triplicar los kilómetros de carril bici. El Servei Català de Trànsit (STC) ya trabaja en un sistema de reconocimiento de matrículas en los accesos a las rondas de la ciudad. 

El protocolo también prevé la implementación de campañas informativas para la ciudadanía, así como un sistema de vigilancia liderado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona que permitirá recabar datos de urgencias e ingresos hospitalarios para analizar las consecuencias que la calidad del aire acarrea en la salud de los barceloneses.