El futuro aún es incierto para el Gimnàs Social Sant Pau, centro deportivo y auténtico espacio de referencia social en el Raval. La comisión de Urbanismo municipal ha rechazado la propuesta de la CUP de expropiar el inmueble y ha instado al consistorio a intensificar la negociación con la propiedad para garantizar el futuro del gimnasio. 

ERC ha votado a favor, y Barcelona en Comú, CiU y el PSC se han abstenido, mientras que Ciudadanos y PP la han rechazado. Todos coinciden en la necesidad de dar continuidad al equipamiento pero, a exccepción de los republicanos, discrepan en que la herramienta deba ser tan forzosa.

NEGOCIACIÓN

La cooperativa que gestiona el Sant Pau prioriza las necesidades sociales al apartado lucrativo: inmigrantes sin papeles, usuarios que no pueden asumir la cuota... Una realidad que acarrea consecuencias legales: adeudan un año de alquiler y sobre el local pende una orden de desalojo.

Tanto el gimnasio Sant Pau como los cuatro edificios que lo flanquean son del mismo propietario, a quien el ayuntamiento trata de convencer para prolongar el contrato de alquiler dos años. La voluntad es destinar los bloques a pisos de alquiler social y ceder la gestión del gimnasio a la cooperativa.