POLÉMICA POR LAS AFECTACIONES DE UN TEMPLO ICÓNICO

Los vecinos denuncian a la Sagrada Família por vulnerar la normativa urbanística

La asociación vecinal del barrio considera que las columnas del Portal de la Gloria invaden el espacio público en la calle Mallorca

La entidad sospecha que la basílica no cumple con la fiscalidad vigente e insta al Ayuntamiento a poner una tasa a las entradas

 Columnas del portal de la Gloria de la Sagrada Família, en la calle Mallorca. / CARLOS MONTAÑES

Es el monumento por el que Barcelona es más conocida en el mundo, pero también un vecino molesto. Las coyunturas que genera el turismo entre los residentes de la Sagrada Família han conducido a su asociación de vecinos a abrir un litigio administrativo contra el templo icónico de Barcelona. En el escrito, registrado en el departamento de Ecología Urbana del Ayuntamiento de Barcelona, la entidad pide que se inspeccionen y se corrijan las columnas del portal de la Glòria, situadas en la calle de Mallorca. En estos casos, la norma suele tolerar pequeñas invasiones del espacio público, pero la casa de Dios parece que ha pecado en exceso al invadir “entre 20 y 50 centímetros la acera”, sostienen los vecinos.

La asociación de vecinos de Sagrada Família no ha dudado en utilizar el artículo 231, a) del plan general metropolitano (PGM) de Barcelona, libro sagrado del urbanismo de la ciudad. Con la demanda administrativa esperan que el Patronato Eclesiástico y la Junta del templo restituyan la legalidad urbanística, o lo que es lo mismo: corrijan la posición de las columnas de la basílica, de forma que no invadan la calle como lo hacen desde 1999, aunque estuvieron ocultas a la vista hasta el 2007, año en el que se descubrieron tras la polémica del túnel del AVE.

SILENCIO DESDE LA BASÍLICA

Después de recibir la demanda administrativa, la Junta de la Sagrada Família ha decidido hacer voto de silencio y ha rechazado ofrecer declaraciones. Los vecinos también denuncian que el organismo nunca ha entablado conversaciones formales con su entidad, ni se ha prestado a trabajar de forma conjunta para abordar los problemas que les atañen. Mutismo que, parece ser, también se ha instalado en el ayuntamiento. Según los vecinos, en septiembre del año pasado pidieron una reunión formal con el departamento de Ecología Urbana para hablar sobre el plan PGM. “Aún esperamos respuesta”, explican decepcionados.

Más allá de denunciar la situación urbanística de la Sagrada Família, la entidad vecinal sospecha que la Junta del templo también vive exenta del pago de impuestos tan básicos como el del IVA. “Tenemos la impresión de que no hacen correctamente la basculación de IVA soportado e IVA repercutido”, señalan. “Ni siquiera aplican el IVA en las entradas al templo [que venden], concreta el responsable de urbanismo, movilidad y medio ambiente de la entidad de la Sagrada Família, Joan Ichasco. La basílica está exenta del pago del IBI como todos los inmuebles de la Iglesia. 

Ichasco entiende que el templo debería pagar todos los impuestos municipales y que para que así fuera sería necesario atajar el problema de raíz con la ruptura del convenio estatal con la Santa Sede. “La Iglesia, que presume mucho de caridad, también tiene el deber ciudadano de contribuir con sus impuestos a sostener el Estado de bienestar”, añade. La asociación se muestra tan convencida de las irregularidades fiscales que incluso invita a Hacienda a realizar una inspección sobre la gestión económica que está llevando a cabo la Junta de la Sagrada Familia.

UN EURO DE PENITENCIA

Para compensar los sobrecostes al municipio que genera la actividad del templo en cuestión de seguridad, limpieza, ajardinamiento y agentes cívicos, la asociación vecinal pide al Ayuntamiento de Barcelona la aplicación de una tasa especial. Un euro por entrada; el diezmo eclesiástico a la inversa. Ni siquiera hace falta utilizar la calculadora para adivinar la posible recaudación: el año pasado pasaron por la caja del templo 3,7 millones de personas. Este año esperan llegar a los cuatro millones.

“Como asociación de vecinos creemos que el criterio de ‘cuantos más turistas, mejor’ nos ha traído toda una serie de problemas muy conflictivos”, reflexiona el miembro de la agrupación de la Sagrada Família Ricardo Huelamo. “Queremos un turismo sostenible; no podemos crear un parque temático en el centro de Barcelona”, destaca. Además, los vecinos temen que la burbuja turística desencadene una burbuja inmobiliaria. “No podemos permitir el deterioro del barrio, las alteraciones en los precios de las viviendas y los alquileres”, así como “la expulsión de los vecinos de la zona”, sostienen.

“Este tipo de turismo nos lleva a la pérdida del comercio de proximidad, la cohesión social y la identidad de barrio”, enfatiza Huelamo. “Si damos un vistazo a los alrededores de la Sagrada Família, las manzanas están copados por tiendas de suvenires y establecimientos de restauración”. Paellas, disfraces de flamenca y gorros mejicanos. Los vecinos se sienten agraviados. “Todo ello perjudica al espacio público; este no es de los propietarios de los bares y las tiendas, es de todos”, concluye el representante vecinal.

En aras de lograr el “turismo sostenible” que tanto anhelan, los vecinos plantean una limitación drástica del número de visitantes a la obra magna de Gaudí.

El ayuntamiento "comparte" la preocupación vecinal

El consistorio tiene prevista una reunión en breve con el Patronato de la Sagrada Família, que tiene a Esteve Camps como presidente delegado. Fue esta entidad que administra los presupuestos y la ejecución del proyecto de construcción del templo la que pidió el pasado octubre este encuentro con el equipo de Colau, tras el anuncio de que el ayuntamiento tenía intención de reclamar al templo licencia de obras y hacer un seguimiento técnico de la construcción. "En esta reunión buscaremos conjuntamente soluciones", ha agregado la fuente municipal.