DEBATE SOBRE UN EQUIPAMIENTO CULTURAL EMBLEMÁTICO

El Arnau perfila su 'rentrée' con una parte consagrada a la memoria del Paral·lel

Técnicos municipales analizan el estado del teatro, propiedad del ayuntamiento desde el 2011

Un proceso participativo decidirá los usos del futuro espacio antes de que termine el año

Interior del teatro Arnau, en el que técnicos municipales comprueban su estado, el pasado viernes. / JOSEP GARCIA

La foto en blanco y negro de unos jóvenes Jordi Dauder y Eduard Farelo en un amarillento y medio caído cartel de la función 'De què parlàvem?', estrenada en el Arnau en marzo de 1998, recuerda aún en una pared de lo que era la taquilla la última etapa en activo del viejo teatro, el único de barraca en pie en el Paral·lel, en cuyo escenario todavía cuelga un aterciopelado telón de ribetes dorados, pese a que no se levanta desde finales de los años 90. Estos días, técnicos municipales recorren el interior del edificio, propiedad del ayuntamiento desde febrero del 2011. Elaboran un informe técnico sobre el estado del equipamiento, que Colau apuesta por reformar y reabrir en cuanto termine el proceso participativo que se inició antes del verano y que debe decidir su futuro.  

Si nada falla, en diciembre debe estar a punto un documento de consenso fruto del reivindicado proceso, que dictará qué y cómo será el nuevo teatro Arnau, con la intención de licitar el proyecto a principios del año próximo.

Gala Pin

CONCEJALA DE CIUTAT VELLA

La intención es que el proyecto que salga del proceso sea un proyecto de ciudad, que tenga toda la legitimidad porque todo el mundo lo sienta suyo

"El ayuntamiento lidera un proceso muy amplio que incluye desde las entidades del territorio, como la Fundació Tot Raval, hasta entidades del sector de la cultura, como el Institut del Teatre y varias compañías pequeñas, con la intención de que el proyecto que salga del proceso sea de ciudad, con toda la legitimidad y que todo el mundo lo sienta suyo", asegura Gala Pin, concejala de Ciutat Vella -distrito en el que se levanta el hoy por hoy ruinoso teatro-, y de Participación, concejalía que ha decidido tomar las riendas de este proceso, en el que los vecinos de los barrios del Paral·lel llevaban años trabajando. Lo nuevo ahora es que el actual proceso lo articula el consistorio -abriéndolo a múltiples agentes-, con el compromiso no solo de que su resultado sea vinculante, sino de "encontrar los recursos para llevarlo a cabo".

TRABAJOS DECISIVOS

Las catas que estos días están realizando en el Arnau juegan un papel importante en el proceso participativo, ya que el diagnóstico técnico, que estará listo en octubre, momento en el que se presentará a los participantes, marcará qué se puede hacer y qué no en el espacio.      

Borja Lozano

RECUPEREM L'ARNAU

Serán muy importantes los jornadas abiertas de octubre. La clave del éxito del proceso participativo es construir el proyecto de forma colectiva

Borja Lozano, miembro de la Plataforma Recuperem L'Arnau, entidad creada en el marco de la campaña Som Paral·lel, señala la importancia de las jornadas de debate abiertas que se celebrarán en octubre. "Allí asistirán no solo las compañías que forman parte del proceso, sino que estará abierto a todas las compañías y a toda la ciudadanía. La clave del éxito de este proceso es construir un proyecto de forma colectiva", señala Lozano. El manifiesto de esta plataforma, al que se han adherido desde equipamientos como la Nau Ivanow hasta el Col·lectiu de Companyies de Teatre Independent, sentencia que ante las necesidades del territorio, es necesario crear un equipamiento público dedicado a las artes escénicas y a la memoria del Paral·lel. "Y lo queremos hacer desde la iniciativa comunitaria, la economía social, la cultura de base -prosigue el texto- y el compromiso con los barrios".

¿RECUPERAR TAMBIÉN EL TALIA?

Enric H. March es miembro de la Plataforma Salvem L'Arnau, escisión de la primera que cuenta con el apoyo del Museu de les Arts Escèniques del Institut del Teatre y de la Associació pro Teatre Talia-Olympia. El colectivo tiene muy claras sus ideas para el Arnau: que acoja la sede del museo que les apoya, un teatro de bolsillo y un centro de documentación e interpretación de la historia del Paral·lel, idea compartida por todos. "El teatro es pequeño como residencia de compañías [algo que piden las compañías pequeñas del territorio necesitadas de espacios], de modo que proponemos instalar una carpa en el solar ahora abandonado en el que se levantaba el teatro Olympia, también en la avenida -sostiene March-. Así se recuperarían dos centros de cultura en el Paral·lel, y todo el mundo tendría su espacio".

Enric H. March

salvem l'arnau

Proponemos para el Arnau un teatro de bolsillo y, como residencia de compañías, instalar una carpa en el solar vacío donde se levantaba el Olympia

Esta es la primera vez desde su compra por parte del ayuntamiento a la Iglesia Evangélica China, la última propietaria -que cerró el espacio en los últimos días de gobierno de Hereu, en una jugada inesperada-, en que el municipio tiene la firme intención de recuperar el teatro. Durante los cuatro años de gobierno de Trias el objetivo era que apareciera un promotor privado que se quisiera hacer cargo de las costosas obras a cambio de la cesión de la gestión del espacio, en su célebre apuesta por la colaboración público-privada, fórmula similar a la aplicada en la vecina Barts. Algo que sobra decir que en cuatro años no pasó. 

"El Arnau forma parte de la cultura de los proyectos urbanos que tan buenos resultados han tenido en la historia del urbanismo vinculado a lo público, tan propios de la ciudad", concluye el teniente de alcalde de Cultura, Jaume Collboni.

Un interés que viene de lejos

El interés de Gala Pin por recuperar el Arnau viene de lejos. Hace una década, en el 2006, la hoy concejala de Ciutat Vella y de Participación participó junto a un grupo de activistas culturales en una breve okupación del teatro -acabaron desalojados por la Guardia Urbana por motivos de seguridad- para reivindicar su recuperación como "espacio liberado para la cultura", cuando el local, que entonces ya llevaba años cerrado, aún era de titularidad privada.