Tras el verano, y una vez 'enterrado', casi mejor oculto, el enorme cajón de cemento bajo el manto verde, el municipio debe encarar la tercera fase de la operación urbanística sobre las vías del tren. "El reto ahora es afrontar de forma urgente la última fase del proyecto, la del lado mar del cajón, donde quedan vecinos en situaciones muy precarias. Se trata de una cuestión social", denuncia Josep Maria Domingo, presidente del Centro Social de Sants. La gran decisión a tomar en esa fase es qué hacer con Can Vies. El proyecto inicial preveía el derribo del edificio, que el actual equipo de gobierno quiere salvar. Colau insiste en que su apuesta es hacer compatible el centro social con la rampa prevista.
AL DESCUBIERTO
Pese a que antes de entrar en el gobierno el PSC había expresado públicamente en reiteradas ocasiones que su apuesta era derribar Can Vies, han acabado aceptando que ese punto es innegociable para los comunes. Ahora tendrán que convencer al vecindario contrario (el barrio está dividido al respecto) y a los propios okupas. El tiempo apremia, y aún más cuando la apertura de los jardines han dejado más en evidencia la degradación del lado mar del cajón.