Colau promete a la Guardia Urbana que el edil Asens no volverá a entrometerse en su trabajo

Una reunión de los 70 mandos del cuerpo evidencia que la confianza en el gobierno municipal pende de un hilo

La alcaldesa envía una carta a todos los agentes para intentar restablecer una relación muy erosionada

Jaume Asens, izquierda, con el comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, Colau y el intendente de la Urbana, Evelio Vázquez, el pasado julio. / FERRAN NADEU

Reunión extraordinaria de la cúpula de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) este viernes por la mañana en la sede del cuerpo. Entre los 70 mandos policiales -en el marco de un encuentro de la Associació de Comandaments de la Guàrdia Urbana de Barcelona (ACGUB) que reunía a toda la jefatura- urgía dialogar para acordar qué hacer en la crisis abierta a raíz de las presiones del teniente de alcalde Jaume Asens a una abogada de la Urbana para que no pidiera cárcel para el mantero que había golpeado a un guardia. Este encuentro llegaba tras un prólogo tenso acontecido el jueves en el ayuntamiento y que protagonizaron la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el comisionado de Seguretat, Amadeu Recasens, el gerente, Jordi Samsó, y los intendentes mayores de la Urbana, encabezados por el máximo responsable del cuerpo, Evelio Vázquez. Los jefes policiales, a la espera de un careo con Asens que al final no se ha producido, le hicieron saber a Colau que la confianza en su equipo de gobierno pendía de un hilo.

La alcaldesa les respondió que no debían dejarse llevar por "distorsiones mediáticas interesadas" y que tenían que confiar en ella como máxima responsable política de la Guardia Urbana. En ella o en el comisionado Recasens. Por extensión, les prometió que ningún otro cargo municipal volvería a entrometerse en la labor del cuerpo policial, en concreto Asens, una figura que irrita especialmente a la Urbana. En la reunión, Colau trató de restablecer sin descanso los puentes que se han roto en los últimos días. Algo que se ha demostrado en el encuentro de este viernes, que se ha alargado más de tres horas. Los mandos policiales han hablado allí sin tapujos de la crisis entre el consistorio y su policía municipal. Está siendo una semana 'horribilis' para la alcaldesa, coronada por el estallido de la violencia urbana en el barrio de Gràcia.

La reunión de la ACGUB, que integran todos los subinspectoresinspectoresintendentes e intendentes mayores, ha servido para hacer piña ante un gobierno municipal del que muchos desconfían. También para dejar claro que no van a tolerar más dudas  o indefiniciones gratuitas hacia los policías. O incluso para dar un paso más, ha servido para que entre los presentes se hable de sellar un pacto no escrito: ante cualquier movimiento del equipo de Colau que ellos entiendan que no se ajusta plenamente al ordenamiento jurídico, los responsables de la Urbana elegirán denunciarlo públicamente porque entienden que no pueden cometer ningún error que les haga depender de su lealtad.

RECLAMACIONES

Sobre este escenario, los mandos policiales, además, han hablado de más cosas. Muchos han mostrado la imperiosa necesidad de que Colau demuestre públicamente y sin titubeos la confianza y apoyo a sus agentes. Otros consideran imrpescindible romper la relación contractual que actualmente los ata al bufete de abogados Molins i Silva, el gabinete que trabaja para los servicios jurídicos de la Urbana. Por el mismo motivo que el jueves los intendentes mayores le hicieron saber a Colau que no se fiaban del equipo municipal, tampoco quieren seguir ligados a estos abogados. A los policías les consta que la conversación entre el cuarto teniente de alcalde, Jaume Asens, y la abogada Paz Vallès se mantuvo en unos términos que en ningún caso pueden considerarse “normales” como aseguraba este martes el comunicado conjunto que suscribieron el ayuntamiento y el bufete. Por eso entienden que deben desvincularse del despacho legal porque ha dado la espalda a la Guardia Urbana. 

CARTA DE LA ALCALDESA

Ada Colau, tras la tensa reunión del jueves, ha reaccionado enviando en la tarde de este mismo viernes una carta a los 3.000 agentes de su cuerpo municipal. En esta, les habla del nuevo plan director que reformula la Urbana y contiene novedades como el desprendimiento de la función de orden público y la conversión de la Unidad de Apoyo Policial (USP) en la Unidad de Apoyo de Proximidad y Emergencias (URPE). Al final de la misiva, sin embargo, les dice lo siguiente: “Más allá de las polémicas o turbulencias puntuales, estoy convencida de su profesionalidad y continuaré defendiendo su trabajo, su compromiso y su vocación de servicio como garantes de la convivencia y de los derechos y de las libertades de todos los vecinos de la ciudad”. 

Un año complicado

La victoria en las urnas de Barcelona en Comú puso en alerta a la Guardia Urbana, sobre todo por la presencia de activistas como el abogado Jaume Asens. Las tensiones entre consistorio y gobierno municipal han sido más o menos constantes durante este primer año. Tres han sido los episodios que más han desgastado su relación. El primero a raíz de la desaparición de la función de orden público de la policía municipal. En el segundo, el 'caso Garganté', la cúpula policial juzgó demasiado tibia la condena de Colau hacia un edil de la CUP sorprendido tratando de cambiar un informe médico para denunciar a uno de sus agentes. El tercero ha sido el conflicto con Asens, que desautorizó a los mandos policiales al tratar de cambiar un acuerdo entre estos y su abogada.