Endesa cede gratuitamente a Sant Adrià las Tres Chimeneas

El ayuntamiento deberá decidir si acepta asumir el caro mantenimiento de la antigua central térmica

termica besos / ALBERT BERTRAN

Endesa comunicó el pasado 29 de marzo al Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs que cederá gratuitamente al municipio las tres chimeneas de la antigua central térmica y su colosal sala de turbinas. Se escribe así un nuevo capítulo, probablemente no el último, de un largo pulso entre la empresa eléctrica, que en noviembre solicitó la licencia de obras para derribar las torres, y la plataforma vecinal de Sant Adrià que reclama la conservación de esas construcciones porque, según dicen sus promotores, forman parte casi de un modo sentimental del paisaje litoral. En mitad de ese tira y afloja ha estado siempre, a veces titubeante, el ayuntamiento, que finalmente se alineó con las tesis de los vecinos e impulsó la declaración de la antigua térmica como bien cultural de interés local. El problema es que el mantenimiento de las torres y de la sala de turbinas es inasumible para un municipio pequeño como Sant Adrià. El anuncio de Endesa es, según se mire, un regalo envenenado.

La decisión se comunicó formalmente el martes, un día antes, pues, de que el pleno del ayuntamiento completara los trámites de declaración de bien cultural de interés local. “La finalidad es respetar la voluntad popular, que quiere que las instalaciones pasen a formar parte del municipio como elementos singulares del skyline del litoral barcelonés después de que no progresara ningún tipo de proyecto urbanístico en la zona desde el cierre de la central en abril del 2011, justo hace ahora cinco años”. Ese es un extracto de la nota con la que Endesa ha anunciado la cesisón de las tres chimeneas y la sala de turbinas. La parte final de ese párrafo, en la que se lamenta que no cuajara ningún proyecto en la zona, lleva consigo una carga de profundidad.

PROYECTO FRUSTRADO

El tramo de costa situado entre el puerto deportivo de Badalona y el Fòrum es la última porción urbanizable de todo el litoral de la provincia de Barcelona. A la vista de que la térmica tenía los días contados y de que en el 2004 se resolvió el problema medioambiental que entrañaba la antigua depuradora del Besòs, la empresa pública Barcelona Regional elaboró un trabajado proyecto en el que se proponía la urbanización de aquel enorme espacio de 125.000 metros cuadrados y en el que se conservaban las torrres como piezas arquitectónicas. Los beneficios inmobiliarios cuadraban las cuentas. Sin embargo, Sant Adrià desdeñó el plan, que duerme aún en un cajón, y fio la suerte de la térmica a que algún gran inversor se interesara en ella. Las torres, de casi 200 metros, y sobre todo la sala de turbinas, espectacular por dentro, ha tenido muchos ‘novios’, pero ninguno formal. El sueño de convertir el edificio en una suerte de Tate Modern de Sat Adrià o cualquier otra variante similar pronto se desvaneció.

La pelota está ahora en el tejado del Ayuntamiento de Sant Adrià. Lo que Endesa hizo llegar al despacho del alcalde el martes es "una propuesta de donación". Queda por saber en qué términos acepta el municipio tan onerosa donación.