PLAN URBANÍSTICO ABORTADO EN NOU BARRIS

La Prosperitat, el barrio que doblegó a tres alcaldes

El ayuntamiento retira la propuesta de construir pisos en un terreno destinado a equipamientos

La oposición vecinal ya frenó los planes de edificar de Hereu y Trias y ahora vuelve a imponerse con Colau

El terreno, entre el paseo de Valldaura y la avenida de Río de Janeiro, donde el ayuntamiento proponía levantar viviendas. / JOAN PUIG

El solar situado en la confluencia del paseo de Valldaura con la avenida de Río de Janeiro, en el barrio de la Prosperitat de Barcelona, se ha convertido en todo un símbolo de la lucha vecinal en Nou Barris. Durante el mandato de Jordi Hereu, tras recalificar lo que iba a ser una zona verde en un terreno para equipamientos, el barrio se puso en pie de guerra para rechazar que allí se levantaran viviendas. Entonces contaba con el apoyo de CiU que, en la oposición, se volcó con las protestas y llegó a financiar una sardinada popular contra el proyecto. Pero cuando Xavier Trias llegó al consistorio cambió de idea y retomó los planes de edificar. Los vecinos se volvieron a organizar y ganaron la partida. Ahora el gobierno de Ada Colau ha propuesto, como sus antecesores socialistas y convergentes, construir pisos de protección oficial en el preciado solar pero, ante el rotundo rechazo ciudadano, ha dado marcha atrás. Esta vez han bastado solo los mismos argumentos que las entidades llevan defendiendo casi 15 años y que, a ojos del consistorio, son de peso.

Preservar el solar de la discordia es una es una reivindicación histórica. "El barrio siempre ha sido uno de los más densos de Barcelona", recuerda Ricardo Domingo, presidente de la asociación de vecinos de la Prosperitat. A pesar de que el ayuntamiento considera las viviendas sociales como equipamientos, la FAVB no lo comparte, ya que no están destinadas al uso público sino al privado; e inciden en que un mayor volumen de población tiene que ir acompañado de más servicios públicos, como colegios y centros de atención primaria. Además, la zona cumple "holgadamente la cuota social con la ciudad", con la residencia para mayores de la Torre Júlia y otras viviendas protegidas construidas sobre suelo de equipamientos. "No es una cuestión de insolidaridad, sino de falta de espacio físico", explica Domingo. "Lo que el barrio necesita como agua de mayo son infraestructuras como la escuela de adultos o el edificio definitivo del Casal de Joves", insiste el líder vecinal.

falta de espacio físico", "No es una cuestión de insolidaridad, sino de falta de espacio físico", dicen los vecinos

Precisamente los jóvenes han sido los primeros en movilizarse esta vez y, tras recibir la noticia como un jarro de agua fría, han difundido un combativo manifiesto en el que recuerdan que el Casal de Joves de la Prosperitat lleva ya -en el citado descampado y de forma provisional- cuatro años en barracones, que a lo largo de este tiempo se han hecho suyos decorándolos con vistosos dibujos agrafitados. "Si el local definitivo se ubica en un bloque de pisos corremos el riesgo de acabar siendo vistos como un problema y es lo último que queremos", asegura la portavoz de la entidad Sandra Ruiz. El casal tuvo que cerrar sus puertas en la calle de Joaquim Valls tras las disputas con tres vecinos a causa del ruido y fue entonces cuando el ayuntamiento se comprometió a construir un nuevo edificio donde ahora hay los barracones. "No estamos en contra de las viviendas sociales, pero hay otras alternativas, primero deberían llenarse los pisos vacíos de la ciudad", añade Sandra.

COMPROMISO CON LA JUVENTUD

La concejala del distrito de Nou Barris y responsable de Urbanismo, Janet Sanz, aclara que solo se trata de una propuesta que ha puesto sobre la mesa para debatir con las entidades. "Elaboramos un censo de espacios para construir pisos de protección oficial –una de las prioridades del gobierno municipal– y el terreno de Valldaura con Río de Janeiro está en la lista". A diferencia de los equipos de Hereu y Trias, que anunciaron directamente sus planes en Sant Jaume –sin tener la deferencia de hacerlo antes en el distrito–, Sanz se ha reunido en primera instancia con los vecinos y, tras escuchar sus quejas, ha decidido retirar la propuesta. "Estamos de acuerdo con que la Prosperitat es un barrio pequeño con una gran densidad –tiene 26.000 habitantes- y asumir la construcción de más de 100 viviendas nuevas sería complejo". Sanz también es consciente de que la zona sufre un déficit flagrante de equipamientos, lo que ha empujado al ayuntamiento a descartar la idea. Además, se compromete a priorizar las obras del casal de jóvenes. Mientras, los vecinos –a falta de comunicación oficial– respiran aliviados y satisfechos con su nueva victoria.

La plaza de la República: Triunfo agridulce

CiU no ha dejado celebrar a Nou Barris por todo lo alto su segunda conquista en dos semanas. Además de evitar que se edifique en los terrenos de la Prosperitat, el ayuntamiento anunció oficialmente, a mediados de febrero, que la plaza de Llucmajor –enclave que une el barrio con los de La Guineueta, Porta y Verdum– pasará a llamarse plaza de la República. La fecha elegida para el rebautizo no puede ser más adecuada: el 14 de abril, para celebrar el 85 aniversario de la segunda república. Pero esta batalla no está zanjada, porque ahora CiU solicita una consulta ciudadana en la zona por el cambio de nomenclatura, algo que los vecinos ven como "una guerra política y demagógica", ya que la iniciativa cuenta con un amplio consenso en el distrito. Se trata de una petición que la asociación de vecinos lleva nueve años reclamando, avivada por la amenaza de trasladar la estatua que preside la plaza –dedicada al revolucionario periodo histórico– a su ubicación original: la rotonda de paseo de Gràcia con Diagonal. Tras lograr conservar la figura y pactar una réplica para la glorieta, el siguiente paso era conseguir cambiar el nombre de la plaza de Llucmajor, llamada así en honor a un municipio mallorquín. La parada de metro –el principal escollo para CiU– conservará su nombre, ya que los jardines de la Segunda República, situados frente a la plaza, pasarán a denominarse de Llucmajor. Se estima que el gasto para cambiar las placas y señales viarias –otro obstáculo para los convergentes– costará 3.000 euros.

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