Conocidos los antecedentes, todavía queda tiempo para negociar. En el 2012, la paz social se consiguió un domingo casi de madrugada, a escasas horas de que el Mobile World Congress abriera puertas. Pero el nerviosismo empieza a cundir pese a que el conflicto laboral en TMB ya es un clásico en estas fechas previas al acontecimiento económico más importante del año en la capital catalana. La plantilla juega sus cartas y pide mejoras laborales bajo la amenaza de dejar a la ciudad sin transporte los días en los que se convierte en el epicentro tecnológico del planeta. La dirección de la empresa, presionada por todos los flancos, bascula entre la necesidad de garantizar la movilidad en una semana clave y la urgencia de mantener la viabilidad de la compañía.

Metro y bus mantienen conflictos laborales abiertos pero por vías separadas, con relaciones sindicales muy distintas. El transporte de superficie tiene un preacuerdo firmado por la mayoría de delegados (17 de 29) y la plantilla deberá votar en los próximos días si lo acepta o lo rechaza. La fecha para poner las urnas la decidirá el jueves el comité de empresa, teniendo en cuenta que necesita algo de margen para explicar bien la propuesta. 

PAROS EN SUPERFICIE

Los sindicatos de bus contrarios al pacto con la dirección mantienen los paros de dos horas por turno los días 23 y 25 de febrero. Solo los desconvocarán si los trabajadores aceptan antes el preacuerdo, señalan fuentes de la CGT, pero lo más probable es que el referéndum se convoque pasado el Mobile. Durante esta misma semana también hay paros de dos horas convocados entre el lunes y el viernes (de 2.00 a 4.00 horas, de 10.00 a 12.00 horas y de 21.00 a 23.00 horas), pero el seguimiento en las primeras dos jornadas no ha alcanzado el 17% (un 30%, en el caso de los conductores), según cifras de TMB. Grosso modo, el pacto que debe refrendarse incluye un incremento salarial del 5% entre fijo y variable

El pescado de verdad se vende en el metro, que es además el transporte usado por la mayoría de los barceloneses y de los asistentes al congreso de móviles, que este año, para goce de los organizadores del evento, que lo habían reclamado de manera insistente, dispone de parada de metro en la puerta. En el suburbano sí hay una aparente unión entre centrales sindicales que por ahora tienen convocadas huelgas de 24 horas los días 22 y 24 de febrero. Bajo la mediación de la dirección de Relacions Laborals de la Generalitat, representantes de la plantilla y la empresa han celebrado tres reuniones sin que las posiciones se hayan acercado lo suficiente. La de este martes, en sesiones de mañana y tarde, ha vuelto a ser infructuosa. El miércoles volverán a sentarse, pero según fuentes sindicales, "las posiciones todavía están muy alejadas aunque la dirección ha prometido regresar con una oferta interesante". 

CONTRATOS PRECARIOS

Un portavoz de CGT, sindicato mayoritario en el metro, resume las demandas laborales en tres puntos: reducir la contratación precaria, un aumento salarial del 6% y pactar los cambios organizativos con la plantilla. Un portavoz de TMB asegura que el 90% de los contratos de metro son fijos, un 6% son de relevo y pasarán a ser fijos cuando la persona a la que sustituir se jubile y solo un 4% son temporales "pero con sueldos muy dignos".

El conflicto laboral en TMB subió de intensidad la semana pasada después de que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, manifestara en una radio que para negociar, los sindicatos debían retirar las convocatorias de huelga. Un portavoz de CGT se muestra "sorprendido" por las palabras de la líder de Barcelona en Comú, ya que, recuerda, "ella misma ocupaba bancos para obligar a los directivos a hablar con ellos". "Estas declaraciones duelen más cuando vienen de alguien que se supone que entiende mejor que nadie nuestras lucha", sostiene esta misma voz. Colau pidió disculpas pocos días después. La alcaldesa y presidenta del Mobile asegura tener a punto "todas las alternativas posibles" por si se acaba habiendo huelga en el metro y el bus. 

CINCO CONFLICTOS A LA VEZ

El bloqueo de las negociaciones de convenios colectivos y la celebración del MWC ha sido este año el caldo de cultivo ideal para que coincidan cinco convocatorias de huelga en diferentes medios de transporte público del área metropolitana. De todos los paros previstos, dos (Ferrocarrils y autocares interurbanos) se han desconvocado el martes al llegar a sendos preacuerdos en las negociaciones de los convenios colectivos bloqueados durante más de un año en algún caso. Sigue en pie, al margen del metro y el bus de TMB, la movilización de trabajadores de Adif, que se encargan del mantenimiento de las vías de Renfe. 

Los 8.000 trabajadores de los autocares de transporte interurbano de la provincia de Barcelona votarán el miércoles el preacuerdo alcanzado la madrugada del lunes al martes. El pacto que ha hecho posible la desconvocatoria, pendiente de ratificación, fija unas subidas salariales del 0,5% al 1,3% del 2015 al 2018, así como un límite del 20% de la plantilla de las empresas para contratos a tiempo parcial. 

La otra huelga desconvocada, la de Ferrocarrils de la Generalitat, garantiza una conexión vital para el MWC entre la plaza de España y la Fira de l'Hospitalet. El paro estaba convocado de los días 22 al 25 para reclamar un acuerdo más allá del 2016 que diera estabilidad a la plantilla después de los recortes sufridos en la empresa pública.

Enric Vinaixa, director general de Relacions Laborals, y su equipo, encabezado por la subdirectora, Àngels Cuadrada, han sido los encargados de mediar en el conflicto laboral de metro. Las negociaciones encaran el miércoles y el jueves la recta final antes de que se agote el plazo del departamento de Treball para dictar los servicios mínimos, que se publicarían en el DOGC del próximo viernes como muy tarde, dos días antes de que comience el MWC. A pesar de de que la alcaldesa, Ada Colau, haya expresado su confianza en la desconvocatoria de las huelgas, el pesimismo reina en las mesas de negociación.