Que Manu Chao llegue a El Prat y se sienta como en casa tiene mucho que ver con las Dones Sàvies. "Siempre pregunta por nosotras e incluso nos llevó a un concierto suyo en L'Hospitalet, invitadas al palco, ¡eh! Él nos llama las chicas de oro y para nosotras es como un hijo más", presume Nico Herance, vecina de Sant Cosme desde 1975. El flechazo con el artista y el elenco de castas 'groupies' se materializó en el Festival Esperanzah, donde ellas colaboran. También han elevado a la categoría de evento de asistencia inexcusable el concurso de sopas del mundo, una manera de integrar a los recién llegados en la dinámica del barrio.
Su hiperactividad se amplía con su presencia en obras de teatro, campañas de recogida de alimentos y cualquier iniciativa local que quiera garantizar su éxito. Todos en la ciudad cuentan con ellas por su entusiasmo y su empatía. "No nos cuesta ponernos en la piel de los demás porque a estas alturas de la vida ya las hemos visto de todos los colores. Los jóvenes nos enseñan cosas nuevas y nosotras les apoyamos con nuestro sentido común y nuestra experiencia", suelta Nico.