MEDIDAS IMPULSADAS POR EL NUEVO AYUNTAMIENTO

¿Con quién cena hoy Ada Colau?

La agenda pública de la alcaldesa y sus concejales se puede consultar en la web municipal aunque la información es dispar

El objetivo del gobierno es que esa transparencia sirva de "antídoto" a la presión de los lobis, según el edil Jaume Asens

La alcaldesa Ada Colau desciende una de las escalinatas del ayuntamiento de Barcelona. / FERRAN SENDRA

Llegaron al ayuntamiento ayuntamiento con la promesa de que las paredes serían de cristal. Que todo lo que hicieran sería visible a ojos de los ciudadanos. No obstante, la flagrante minoríaminoría con la que gobiernan y la adaptación a un mundo que prácticamente todos desconocían ha retrasado ciertas decisiones. Pero, lenta y tenazmente, el gobierno de Ada Colau ha puesto en marcha en las últimas semanas medidas sobre agenda pública y transparencia hasta ahora inéditas en el Ayuntamiento de Barcelona.

Colau mantiene una página web personal (www.adacolau.cat) que estrenó en la campaña electoral de las municipales pero que actualmente está desfasada. Los últimos artículos publicados datan de septiembre, igual que las citas de su agenda, que en aquellos días introducía ella personalmente. Sin embargo, lo que hace ahora la alcaldesa puede leerse en la web del ayuntamiento, ya sea desde la página principal (www.ajuntament.barcelona.cat), donde ella está destacada con foto, o bien a través de governobert.vcn.cat.

DATOS RECIÉN RENOVADOS

Es en este último espacio donde recientemente se han vivido más novedades. En la última comisión de Presidencia, la concejala Carmen Andrés preguntó al gobierno cuándo se renovarían los datos de este apartado. La socialista reclamaba sobre todo que los nombres y sueldos de los cargos eventuales fueran los correctos. La encargada de responderle fue la directora de Comunicación, Águeda Bañón, que aseguró que antes de acabar noviembre se podría consultar normalmente. Esto sí se ha producido en parte, aunque hay algunas carencias.

Este paso es uno de los fáciles y solo resta pendiente de alguna pequeña burocracia. Lo que no ha sido tan plácido es el desembarco de los tenientes de alcalde y los concejales al nuevo mundo de la agenda pública. Los primeros días, algunos vivieron con desasosiego que supuestamente todo lo que hacen se sepa. Aunque no es, ni mucho menos, todo.

GUÍA DE CRITERIOS

El hecho de que los cuadros horarios estén más o menos llenos tiene mucho que ver con el carácter del edil en cuestión, explica a este diario Bañón. La dirección de comunicación editó una "guía de criterios" en la que se aconsejaba que, por ejemplo, no se haga pública una comida o una cena de un responsable municipal si esto puede tener repercusiones informativas de calado. Si Colau come con el presidente de ERC, Oriol Junquerascosa que pasó realmente en octubre, la convocatoria no aparece en la web.

Clicar en los distintos apartados (http://ajuntament.barcelona.cat/ca/organitzacio-municipal/equip-de-govern) permite descubrir no solo quién es cada teniente de alcalde y concejal (a través del currículum vitae) sino su retribución, sus atribuciones de área y distrito, si está en las redes sociales (de momento solo Twitter Facebook) y bucear en su agenda. También aparece un formulario para enviarles un correo electrónico con cualquier comentario o petición.

RECLAMACIÓN DE LA CIUDADANÍA

Sea como fuere, lo que sí es toda una novedad es la agenda pública. “Es un compromiso político pero, además, forma parte de los nuevos signos del tiempo, la ciudadanía lo reclama”, expone la directora de comunicación, que coordina su puesta en marcha aunque es la tercera tenencia de alcaldía, la de Jaume Asens, la que dirige el ámbito de transparencia.

Sin embargo Asens no predica con el ejemplo. Su agenda solo revela qué hará hasta el final de la semana en curso. La recomendación era que se hiciera público lo previsto a 15 días vista. Hay quien, como la segunda teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, se va al otro extremo y tiene publicado lo que hará hasta febrero. “Es un antídoto contra la presión de los lobis. Poner luz y taquígrafos a lo que hacemos tiene un efecto preventivo”, sostiene Asens.

UN ESCAPARATE ANTE LOS VECINOS

El teniente de alcalde opina que si alguien quisiera encontrarse, comer o cenar a escondidas con la alcaldesa no podría. Solo existe el criterio de que, en el caso de que la cita sea con un particular o con un medio de comunicación, previamente se les consulte si quieren aparecer con nombre y apellidos en la citada agenda de la web.

Otro de los miembros del gobierno que es radicalmente transparente es la concejala de Ciutat Vella, Gala Pin. Además de su verborrea digital a través de Twitter, la edila especifica hasta el último detalle qué hace. "Prefiero hacerlo así porque los vecinos, si ven un agujero en la agenda y tienen previsto reunirse conmigo, me piden esa hora. Así ven cómo está de ocupada", razona.

TRES COLORES, TRES RESPONSABILIDADES

La agenda pública de los concejales se presenta en tres colores distintos. En azul se pueden ver las responsabilidades que corresponden al distrito del que se encargan; en rojo lo que corresponde al área de gobierno (Economía, Urbanismo, Comercio) y, en verde, los actos que no tienen distinción, es decir, las reuniones con la alcaldesa o las internas del propio departamento.

En la web del Ayuntamiento de Barcelona de momento solo aparece la agenda pública de la alcaldesa Ada Colau y del equipo de gobierno. No obstante, explica la directora de comunicación, Águeda Bañón, se ha ofrecido a los otros seis grupos municipales que cuelguen igualmente sus previsiones de asistencia a actos y reuniones. De momento únicamente el PSC ha mostrado interés en hacerlo. De hecho, el líder de los socialistas, Jaume Collboni, y alguno de sus concejales ya anuncian lo que les deparará el día a través de Twitter y Facebook. Lo mismo ocurre con los ediles de ERC comandados por Alfred Bosch. Otro de los datos que también se pueden consultar es la remuneración de los cargos. Barcelona en Comú, ERC y la CUP tienen una "i" destacada en la que se concreta que según su código ético no perciben la cantidad completa.