Nació entre penurias, en plena posguerra, en 1941. Y esta tarde ha perecido por inanición, víctima del cambio de usos de un paseo de Gràcia cada vez menos barcelonés y más internacional. Vinçon, tienda totémica de la Barcelona del diseño, ha bajado por última vez la persiana entre amigos, como los creadores América Sánchez y Mariscal, pendiente de que una multinacional se aventure a alquilar este local de casi 3.000 metros cuadrados.
Las ventas, facilitaba en mayo la segunda y tercera generación de la familia Amat, propietaria del negocio, cuando hizo pública su intención de cerrar, habían caído un 50% desde el 2008. Las causas: el público local dejó de venir. Quizás por la crisis. O bien por un turismo masivo que ha hecho suyo el paseo de Gràcia.