SENTENCIA JUDICIAL

El juez avala el despido de un chófer de bus que pateó a un pasajero

Un juez social de Barcelona ha considerado procedente el despido de un conductor de autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) acusado de agredir a un pasajero que iba en compañía de su hija de siete años. El conductor, A. B. A., acumuló 40 quejas de usuarios antes de que la compañía se decidiera a despedirle. Incluso había sido condenado penalmente por lesionar a otro conductor al que agredió durante una discusión de tráfico.

En su sentencia, el juez considera probado que el chófer fue  «descortés» y «chulesco» y que profirió «comentarios racistas» contra los pasajeros en las 40 ocasiones en las que fue objeto de quejas. En una ocasión detuvo el autobús y lo mantuvo parado hasta que se callara el pasaje. En otra hizo bajar a un usuario que intentó pagar con un billete de 20 euros y al que llamó «hijo de puta» y una vez obligó a bajar del autobús a una señora con un bebé porque este no dejaba de llorar.

En el 2002 fue condenado por una falta de imprudencia con resultado de lesiones porque un viajero se cayó a causa de una maniobra violenta suya y en el 2009 fue también condenado por un delito de lesiones a tres meses de prisión por romper la nariz a otro conductor con el que tuvo una discusión de tráfico.

Pese a sus antecedentes, el conductor no fue despedido por TMB hasta el incidente que protagonizó el 22 de abril de 2013, cuando recriminó a una niña de siete años que iba con su padre que diera golpecitos en su asiento. El padre recriminó al conductor por las formas con las que se dirigió a la pequeña, y este «accionó el freno de mano, saltó de su asiento», se encaró con el pasajero y le «propinó un cabezazo» que dio inicio a una pelea y luego, cuando la víctima ya estaba en el suelo, le propinó «patadas» y «puñetazos» que le causaron rotura de piezas dentales, según la sentencia.

El conductor decidió demandar a TMB por despido improcedente y exigía una indemnización de 90.000 euros, pero el juez no le ha dado la razón y ha desestimado el informe psiquiátrico presentado por su abogado, con  el que pretendía demostrar que es incapaz de ser agresivo.