El tráfico de vehículos por el carril bus-VAO de la C-58 se ha duplicado tras la apertura de la infraestructura en los dos sentidos de la marcha, en horario ininterrumpido. Hoy se cumple un mes del estreno de la nueva configuración tras unas obras este verano que duraron seis semanas. El director del Servei Català de Trànsit, Joan Josep Isern, en declaraciones a la agencia ACN, se muestra satisfecho con el primer resultado.
Isern está contento porque de esta forma se utiliza de una vez por todas el carril de 6,8 kilómetros que une la Avenida Meridiana de Barcelona con Ripollet (Vallès Occidental). Si en mayo, por poner un ejemplo, circularon 86.542 turismos y 4.979 autobuses, ahora esta cifra casi es del doble: entre el 13 de septiembre y el 8 de octubre han pasado 156.344 coches y 10.500 buses, siempre según la Conselleria d'Interior. Otras cifras facilitadas por este mismo departamento rezan que se ha pasado de una media diaria de 3.600 coches y 208 autocares a 6.500 turismos y 430 autocares.
«UN EMPUJÓN» / El director de Trànsit considera que el carril bus-VAO necesitaba «un empujón», que ha consistido justamente en dejarlo abierto de forma permanente y, sobre todo, permitir que haya vehículos en los dos sentidos. Desde que se abrió se había estipulado un sistema de entradas y salidas de la capital catalana solo durante ciertas horas del día. Los fines de semana, si no se registraban colas de acceso a Barcelona, estaba cerrado, con lo que en ocasiones los conductores no entendían exactamente para que servía.
Joan Josep Isern cree que este nuevo modelo permite igualmente la tarea de concienciación ambiental para la que fue creada, es decir, seguir trabajando «para una movilidad sostenible» ya que solo pueden tomar esta vía los usuarios que viajen como mínimo de dos en dos en un mismo vehículo. Esto supuestamente debería servir para que se pusieran de acuerdo para compartir coche.
Las obras que se realizaron este verano consistieron en reacondicionar los carriles y su anchura, pintando un cebrado rugoso entre ambos para incrementar la seguridad. Además, se redujo la velocidad máxima de los 100 kilómetros por hora a 90 justamente para evitar el riesgo de un choque frontal.