PLANIFICACIÓN URBANÍSTICA DE LA CAPITAL CATALANA

Erupciones en las Glòries

Los 10 arquitectos finalistas del concurso analizan los proyectos con otros profesionales y 800 estudiantes en la Escola d'Arquitectura La cumbre deviene en foro del futuro desarrollo de BCN

Inicio del derribo del viaducto lado mar de las Glòries, el 27 de febrero. / JOSEP GARCÍA

El tambor de las Glòries cae ya hecho añicos y la gran patata caliente de Barcelona, alcalde Xavier Trias dixit, una transformación, además, pactada hace siete años con un consenso que hoy casi parece imposible, no tiene vuelta atrás. Pero la controversia y la reflexión sobre la ciudad que fue modelo arquitectónico y que lleva años intentando reinventarse sigue bien viva. Y en ese cráter que Cerdà concibió como espacio central de su metrópolis, produce erupciones. Ayer, en el crisol de los artistas del espacio que es la Escola d'Arquitectura de la Politècnica, campus de Pedralbes, el multitudinario debate con los 10 finalistas del reciente concurso municipal de proyectos planeó sobre hondas tendencias del futuro urbano que debe venir: verde, sostenible, inteligente, policéntrico.

Plaza (pasar) o parque (estar), centralidad, entorno, continuidad, paisaje frente a arquitectura y edificación, tráfico (túnel de la Gran Via que esconde, transitoriamente, coches bajo la alfombra, vegetal por supuesto), actividades ciudadanas cambiantes, papel de los vecinos (visión local), decrecimiento o bien libertad conceptual fueron algunos de los temas recurrentes ante un auditorio de 800 estudiantes con una fila cero de profesionales destacados y del propio ayuntamiento.

Entre estos y la numerosa decena de ponentes, que fueron breves a la fuerza, la gran sala compuso una cumbre con pocos precedentes, sino ninguno. Aunque también con notables dificultades para pergeñar una síntesis que no fuera la de la propia senda marcada por el concurso, sus bases y las mismas intenciones del nuevo gobierno de CiU que trata, aunque desde su evidente y ahora asumida debilidad política, de enmendar la larguísima era socialista.

Tras el abortado y hasta tumultuoso intento, también en el parque del cajón de Sants o tal vez, en el futuro, en el aún mayor de La Sagrera, de alterar el Compromís per Glòries del 2007 suscrito por ayuntamiento, partidos (solo el PP se abstuvo) y vecinos, el equipo de Trias redactó unas bases que han marcado definitivamente el concurso. Derribo del tambor, espacio abierto, renaturalización, túnel viario... Grandes temas que invalidaban una competición que podría haber sido de ideas. Varios de los arquitectos finalistas o asistentes al acto aludieron a esos condicionantes y por dos veces recibieron un efusivo aplauso de centenares de jóvenes que heredarán su profesión. Claro que no faltará quien recuerde que el promotor (léase instituciones y ciudadanos-vecinos) siempre tiene razón.

Los autores del proyecto ganador Canòpia Urbana, la catalana Ana Coello de Llobet y el francés Olivier Philipe, del estudio Agence Ter, defendieron el cambio de paradigma de «construir ciudad con las herramientas del paisajismo, ideando sistemas complejos que integren la naturaleza». Hubo casi coincidencia en decir que con las bases en la mano el vencedor era así el mejor parque proyectado.

El marco del concurso lo recordó al final de la larga sesión el propio arquitecto jefe municipal, Vicente Guallart: «El veredicto del jurado internacional fue unánime». Y detalló: «Ciudad con corredores verdes, de escala humana, con múltiples centros y barrios de calidad, todo dentro de una realidad metropolitana.». La urbe que viene y que la escuela que dirige Jordi Ros quiere seguir debatiendo en la casa de los futuros arquitectos.