Alberto Fernández Díaz es de los que perdona pero no olvida. El líder del PP en Barcelona le ha regalado a Xavier Trias una moto en miniatura para agradecerle con toda la ironía del mundo el hecho de que los motoristas no puedan circular por el carril bus-taxi después de que el ayuntamiento lo haya desestimado. «Sin bromear sobre la seguridad vial, este obsequio debe servir para expresar que no se puede dejar esta medida olvidada en un cajón», expresó el sábado, a través de un comunicado.

En tiempos de oposición, CiU siempre defendió la posibilidad de que las dos ruedas compartan espacio con el transporte público. Los nacionalistas se mostraron favorables -incluso formaba parte de su programa electoral- hasta que hace escasas semanas decidieron dar marcha atrás y mantener el veto. Tras consultar todos los informes contrarios a la idea, redactados por la propia policía local, TMB, el RACC, el departamento de Movilidad y el Instituto Metropolitano del Taxi, el consistorio revocó una idea que el Partido Popular reclama desde principios de siglo.

La pequeña puñalada en forma de regalo navideño llegaba un día después de que el PP votara en el pleno municipal a favor de las cuentas del 2012. ¿A cambio de qué? De momento, y teniendo en cuenta que Fernández Díaz jugó el viernes el escapismo asegurando que se trata de un «acuerdo puntual», a cambio de elogiosas palabras por parte del alcalde, que el sábado volvió a agradecerle su apoyo y abogó por «un ambiente de entendimiento por parte de todos».