Cuatro meses después de que media Barcelona, casi todo El Prat de Llobregat y buena parte de l'Hospitalet se quejasen de un intenso olor a amoniaco u orines de gato que invadía casi cada día y, sobre todo, por la noche los hogares, Medi Ambient ha cerrado el caso. Y lo ha hecho sin haber hallado el origen del olor, que en los últimos meses apenas se percibe. Pese a que se encargó un estudio a una empresa especializada, no se detectó la industria o la obra responsable, según explicaron ayer desde el departamento de Medi Ambient.

Desde agosto, y hasta finales de octubre, el olor era a veces tan intenso que hubo vecinos que pensaron que eran gatos en su propio rellano o manzana los que provocaban las molestias. El origen, sin embargo, estaba en la Zona Franca, donde se pidió a todas las empresas que revisaran sus instalaciones.