ACOSO INMOBILIARIO

Los vecinos de Sant Joan Despí amenazados con la expulsión de sus pisos pactan un aumento del alquiler

Los residentes del número 113 de la avenida Barcelona acuerdan un incremento del 20% de las mensualidades a tres años vista

La movilización ciudadana ha detenido la subida desorbitada de los contratos, que ahora gestiona una filial de Goldman Sachs

Interior de uno de los pisos del 113 de la avenida de Barcelona, en Sant Joan Despí (Baix Llobregat). / DANNY CAMINAL

"Las negociaciones han sido muy duras", admite el portavoz de los vecinos, Óscar Alcobendas. No obstante, la mayoría de los residentes en el número 113 de la avenida de Barcelona, en Sant Joan Despí (Baix Llobregat), han logrado un acuerdo con la actual propietaria del bloque, Medasil Desarrollos, para aplicar un aumento del alquiler del 20% en los próximos tres años

La gentrificación ha alcanzado también otros municipios metropolitanos, además de Barcelona. Es el caso de Sant Joan Despí, donde a principios de año las 121 familias del bloque recibieron por sorpresa la notificación por burofax de que sus alquileres, cuyos contratos se extinguían, iban a sufrir un incremento de entre el 40% y el 100%. Esto significaba que alguno de los inquilinos debería pasar de pagar 600 a los 1.200 euros al mes.

Pancartas que no se moverán

Estos vecinos iniciaron entonces una movilización que ahora ha dado los primeros resultados. Las pancartas se mantendrán colgadas en los balcones hasta que el pacto sea completo e incluya a todos los afectados. Pero han garantizado que no deberán huir de sus viviendas y enfrentarse a un mercado de la vivienda irrespirable.

Hasta ahora habían pagado entre 450 y 950 euros, unos importes que respondieron en su momento a la necesidad del antiguo propietario de dar salida a unos inmuebles que no podía vender en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria. Pero cambiaron de manos (los residentes desconocen cuándo porque no fueron informados) y, en enero, llegó la jarra de agua fría.

Acuerdo validado

A pesar de que en tenían un contrato de tres años de vigencia prorrogables, en algunos casos la notificación recibida por los vecinos les instaba a devolver las llaves. Con la ayuda del Sindicat de Llogaters, la comunidad de vecinos ha negociado durante las últimas semanas con los dueños del bloque para que la subida de las mensualidades fuera progresiva.

Una reunión en el párking del edificio, el martes por la noche, validó el acuerdo según el cual los 94 contratos que finalizan este 2018 tendrán un aumento del 5%, el mismo que el año que viene y un 10% en 2020. De esta forma han renovado también la vigencia durante tres años. El resto de familias, a los que se les acaba el contrato en los próximos dos años, están pendientes de cerrar la negociación. Y entonces se descolgarán las pancartas.