El cambio de jerarquías llega al vestuario del Barça

La desaparición de tres de los cuatro capitanes de la plantilla del Barça certifica la transformación que registra el vestuario azulgrana, acaso en consonancia con los cambios que agitan al equipo, entre ellos el traslado de estadio. La montaña de Montjuïc verá un nuevo Barça, encabezado, sin embargo, por un capitán de la vieja guardia. La antigüedad es la razón por la que Sergi Roberto Carnicer se convierte en el primer portador del brazalete. Es el último representante del Barça más laureado y exitoso, también el más próximo y representativo para los cules. El sucesor de una pléyade de canteranos que ha alargado una moderna tradición. Veinte años de canteranos Será la vigésima temporada consecutiva con un canterano desempeñando tan simbólico liderazgo. Una práctica que se mantiene desde la campaña 2004-05, cuando Carles Puyol sucedió a Luis Enrique, que ejerció durante un bienio (02-04) después de la marcha de Pep Guardiola (96-01) y Sergi Barjuan (01-02). El último catalán, hasta entonces, había sido José Vicente Tente Sánchez (1983). Nadie ha sido tan duradero en la historia del Barça que Puyol: diez temporadas (2004-14) con las cuatro barras en el brazo izquierdo. Más que Joan Segarra (1955-63) y Josep Samitier (1924-32). Tres cambios de golpe A Sergi Roberto, tercero del escalafón, abandonado por los otros tres compañeros del cuarteto que enseñaba el brazalete el verano pasado, le rodea la amalgama que conduce a este híbrido Barça que anda reconstruyéndose a través de otras jerarquías. Mediante un portero alemán de prestigio internacional (Marc-André ter Stegen, 31 años), un centrocampista neerlandés de frágil consideración entre los culés (Frenkie de Jong, 26 años) y un central uruguayo que personifica la entrega y el entusiasmo: Ronald Araujo, de 24 años, simbolizan las sucesivas oleadas de renovación emprendidas en busca del éxito perdido. Sergio Busquets, Gerard Piqué y Jordi Alba han dejado solo a Roberto, depositario del manual de instrucciones de cómo encarnar el liderazdo de un grupo más allá de ser el primero en comparecer en el campo y saludar a los árbitros. Piqué se retiró en diciembre, y Busquets y Alba se han marchado a Estados Unidos, refugio donde ha anidado Lionel Messi. Tres capitanes del Barça reunidos con la camiseta rosa del Inter Miami. Solo falta Andrés Iniesta y se agruparían los líderes del camerín desde 2015, recordada fecha por ser la frontera hasta la que el Barça solía ser campeón de Europa. Once temporadas El trofeo, no obstante, lo levantó Xavi Hernández, interlocutor directo de Sergi Roberto, remoto compañero desde que debutara con el primer equipo el 10 de noviembre de 2010 en la ida de la eliminatoria de Copa frente al Ceuta (0-2). Aquella campaña disputó tres partidos. Es miembro de la plantilla desde 2012. Once temporadas otorgan la experiencia, el conocimiento y el sentido común imprescindibles para que Sergi Roberto sea el número uno del colectivo durante varios años. Al menos, hasta que se restablezca la estabilidad en una plantilla modernizada del todo y reinstalada en su casa de Les Corts. El futbolista de Reus todavía es joven (31 años) y no acusa el desgaste de fuerzas que podría suponerse con el tiempo transcurrido. Las lesiones han sido la mayor condena, y su útil y contrastada versatilidad, pese al valor que tienen esas virtudes como futbolista, se convierten en el lastre de ser el comodín que tapa huecos a ojos del entrenador. La posición de lateral derecho es la que ha brillado más y más tiempo, pese a que Sergi Roberto se le ha visto en todos los rincones del campo excepto bajo los palos. Ahí está Ter Stegen, sin discusión alguna ni tampoco recambio que amenace su titularidad. Ahí estará durante la temporada, demasiado lejos para interceder o hablar con los árbitros después del lanzamiento de la moneda. Les tocará a De Jong y Araujo desempeñar la frecuente labor de la protesta. Ni Dembélé ni Ansu La antigüedad que ha elevado a Sergi Roberto, por ejemplo, no ha sido el criterio para que Ousmane Dembélé haya sido empujado a representar de la plantilla. Tal vez él no quiera serlo, pero los demás tampoco lo han visto capacitado. Seguramente por su alambicada personalidad. Es el tercero más añejo después de los dos primeros. Llegó en 2017, aunque haya permanecido mucho tiempo desaparecido por las lesiones. A continuación aparece De Jong, el cuarto más antiguo (2019), y que debutó solo nueve días antes que Ansu Fati, fuera de las quinielas, y el quinto es Araujo, que irrumpió en aquel mes de octubre y sin adquirir continuidad hasta después de la pandemia. Una simbólica frontera en el conjunto barcelonista. Solo seis futbolistas de los 32 que están en Estados Unidos llevan más de tres años en el club.

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