Barça y Messi, última rendija

El Barça y Joan Laporta, más que nadie, quieren; Leo Messi, también. Pero el tiempo se echa encima para todos, pendiente como anda el fútbol de conocer el próximo club donde jugará el astro argentino tras desvincularse del PSG tras vivir dos años frustrantes. Laporta agota todas las vías posibles, y hasta imposibles, para lograr el retorno del ‘10’ y librarse del recuerdo de hace dos años cuando puso, según confesó él mismo, "a la institución por delante del mejor jugador de la historia". Messi, tras su mala experiencia, tanto deportiva como personal en el Parque de los Príncipes, apura ese último camino de retorno a su casa, pese a poseer en su mano la oferta más alta jamás vista a un jugador de fútbol. Procede de Arabia Saudí y tiene una cifra (400 millones de euros anuales) nunca vista antes. "A Leo le encantaría volver al Barça y a mí me gustaría que volviese", dijo este lunes Jorge Messi, padre y agente del jugador, tras reunirse con Laporta en Barcelona. De forma inesperada quedó escenificado ese deseo del astro de explorar todas las rutas en su ansiado retorno al Barça. Jorge Messi acudió al domicilio particular del presidente, ubicado en la zona alta de Barcelona. Una reunión que debía ser inicialmente privada, pero trasladó de inmediato la esfera de lo público tras ser descubierta por el periodista Toni Juanmartí, cuyo vídeo en su cuenta de Twitter se propagó por todo el mundo a la velocidad de la luz. Mientras Laporta y Jorge Messi hablaban en la intimidad se iban congregando periodistas a la puerta. No tuvieron que esperar demasiado. Media hora más tarde aparecía el padre del delantero. A diferencia de otras ocasiones no esquivó responder a los informadores, aunque fuera con monosílabos mientras abandonaba el hogar de Laporta, quien decidió no acompañar al equipo a Japón, que disputa hoy un amistoso contra el Vissel Kobe de Iniesta con el que despedirá el curso. Pero fue suficiente para visualizar como Messi, a través de la figura de su progenitor, intentaba encontrar la respuesta que buscaba del Barça para volver a vestirse de azulgrana. Una respuesta que sigue estando supeditada al plan de viabilidad presentado por el club, que debe aprobar oficialmente LaLiga. Un plan que necesita ventas urgentes en la plantilla para hacer el acomodo salarial adecuado en el encaje del ‘fair play’, que exige la organización que preside Javier Tebas. "Montones de cosas" Ni media hora de cumbre entre Laporta, el presidente que quiere pasar a la historia como el hombre que trajo de vuelta a casa a Messi, y Jorge Messi, que no solo maneja la descomunal oferta árabe sino que mantiene la puerta abierta de ese viaje a Estados Unidos para que su hijo acabe en el Inter de Miami. Pero, de momento, nada se ha concretado. "Hemos hablado", dijo el padre, mientras salía de la casa del dirigente. "Pero no hay nada concreto", respondió luego, siempre con monosílabos, ante la insistencia de los periodistas. No se detuvo en ningún momento. "Por supuesto, que le encantaría. ¿Cuándo se decidirá? No lo sé, tenemos que hablar de montones de cosas" Jorge Messi, padre y agente de Messi "No sé nada, no sé nada, no sé nada todavía...", decía, una y otra vez, sin ocultar que a su hijo le "encantaría" regresar, asumiendo incluso la descomunal diferencia económica entre ambas ofertas (400 millones en Arabia; 50 en el Barça siempre que exista margen salarial para inscribirlo). "Por supuesto, que le encantaría. ¿Cuándo se decidirá? No lo sé, tenemos que hablar de montones de cosas", argumentó Jorge Messi, abriendo, en todo momento, la puerta a esa vuelta. "¿Confía en qué pueda regresar?", le soltó un periodista cuando ya desaparecía el padre camino de su despacho profesional, situado muy cerca del domicilio de Laporta: "Sí". Y se perdió entonces lejos de las cámaras. Cuenta atrás Messi, entretanto, guarda silencio sobre su futuro. Espera el desenlace de las complejas negociaciones a tres bandas, sometido a presiones de todo tipo. Tanto económicas -la oferta de Arabia Saudí no la puede alcanzar nadie- como familiares, empeñados en regresar a Barcelona, una ciudad que no quisieron abandonar nunca Antonella, su esposa, ni sus hijos. Ni, por supuesto, el propio Leo. En agosto de 2021 tuvieron que hacer las maletas de forma precipitada camino de París donde nunca se han sentido cómodos. Ni tampoco integrados. Con 35 años, y la estrella del Mundial cosida en el corazón de Argentina con el alivio que eso representa, vive Messi la cuenta atrás para elegir su último club.

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